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Voto de Javi:
1
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7,2
43.013
Drama
Una aventura emocional en torno a una deslumbrante niña de once años, muy religiosa, que se enfrenta al mismo tiempo a dos acontecimientos que son completamente nuevos para ella: enamorarse y morir. 'Camino' es, sobre todo, una luz brillante capaz de atravesar todas y cada una de las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella, y que pretenden en vano sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse definitivamente feliz. ... [+]
19 de octubre de 2008
48 de 181 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tiene la intención de ver esta película como un drama, no se equivoque. Historia absurda, guión increíble, personajes de cuento de caballerías y situaciones inverosímiles hacen de esta película la peor que he visto en mi vida, sin duda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Pues sí, parece increíble que esta película haya visto la luz, pero es cierto.
Hablando de "Camino" como película (no como política), me cuesta creer que realmente pueda gustarle a alguien. El director ha intentado hacer una mezcla de comedia y drama que ha resultado en estrepitoso fracaso. Me ha recordado a cuando, de pequeño, mezclabas coca-cola y fanta de naranja para dilucidar qué tipo de líquido resultaba, así Fesser lo ha mezclado sin saber muy bien cuál sería el resultado... y éste es penoso.
Para empezar, el guión no tiene ningún sentido. Quiero pensar que es una especie de crítica al Opus Dei o la religión en general, pero que al rayar constantemente con lo surrealista se convierte en diálogos de lo estúpido más que en crítica como tal. El intento de acentuar el melodrama con el cuento de la cenicienta como catalizador de la historia es un recurso tan triste como incomprensible, suscitando largos minutos de metraje sobrante y situaciones pseudo cómicas que en nada ayudan a mejorar el aspecto de la obra. La irrealidad de los personajes, incluso para una sobredimensionada crítica, convierte el trabajo de los actores en sublime (lo único a salvar) ya que no es fácil aguantar la carcajada ante la insensatez de la mayoría de las escenas, dramáticas en intención, cómicas en realidad, incomprensibles de facto.
No obstante, el real lucimiento de Fesser llega al analizar la base de la película. Y es que el afamado director nos hace ver que toda la historia se reduce a la equivocada interpretación que todo el que rodea a Camino hace de sus palabras. La niña no sólo se muere, sino que se teletransporta y comunica telepáticamente con sus amigos y habla de lo que ve y siente, con la mala suerte de que sus palabras con erróneamente entendidas por los que la santificarán en un futuro. Qué cosas, ahora resulta que la típica escena de "Los Serrano" en la que padre e hijo hablan de dos cosas distintas pensando ambos en la misma y que conlleva cómicas situaciones por la equivocación de ambos es el resumen de lo que le ha ocurrido a esta pobre niña.
Pero para rematar la faena, y ante el peligro de que la película no fuera lo suficientemente histérica, Fesser nos deleita con extrañezas como la muerte del padre de Camino, merecedora de ser escena de películas como "Mortadelo y Filemón" o series como "El Equipo A"; el aplauso generalizado de la curia a la muerte de la protagonista, al que sólo faltaron pañuelos blancos pidiendo las orejas y el rabo; o la visión de la niña cuando habla de que todos tienen cara de miedo porque viene "el negro", interpretado como el Diablo por los sacerdotes cuando en realidad era su amiguito "de color" del grupo de teatro. Lo que nos faltaba, Fesser ahora es racista (¿o quiere decir que lo son los del Opus?...).
El mejor resumen es el que hizo uno de mis acompañantes en tan aciaga noche... "Un insulto para la inteligencia del espectador".
Buena suerte.
Hablando de "Camino" como película (no como política), me cuesta creer que realmente pueda gustarle a alguien. El director ha intentado hacer una mezcla de comedia y drama que ha resultado en estrepitoso fracaso. Me ha recordado a cuando, de pequeño, mezclabas coca-cola y fanta de naranja para dilucidar qué tipo de líquido resultaba, así Fesser lo ha mezclado sin saber muy bien cuál sería el resultado... y éste es penoso.
Para empezar, el guión no tiene ningún sentido. Quiero pensar que es una especie de crítica al Opus Dei o la religión en general, pero que al rayar constantemente con lo surrealista se convierte en diálogos de lo estúpido más que en crítica como tal. El intento de acentuar el melodrama con el cuento de la cenicienta como catalizador de la historia es un recurso tan triste como incomprensible, suscitando largos minutos de metraje sobrante y situaciones pseudo cómicas que en nada ayudan a mejorar el aspecto de la obra. La irrealidad de los personajes, incluso para una sobredimensionada crítica, convierte el trabajo de los actores en sublime (lo único a salvar) ya que no es fácil aguantar la carcajada ante la insensatez de la mayoría de las escenas, dramáticas en intención, cómicas en realidad, incomprensibles de facto.
No obstante, el real lucimiento de Fesser llega al analizar la base de la película. Y es que el afamado director nos hace ver que toda la historia se reduce a la equivocada interpretación que todo el que rodea a Camino hace de sus palabras. La niña no sólo se muere, sino que se teletransporta y comunica telepáticamente con sus amigos y habla de lo que ve y siente, con la mala suerte de que sus palabras con erróneamente entendidas por los que la santificarán en un futuro. Qué cosas, ahora resulta que la típica escena de "Los Serrano" en la que padre e hijo hablan de dos cosas distintas pensando ambos en la misma y que conlleva cómicas situaciones por la equivocación de ambos es el resumen de lo que le ha ocurrido a esta pobre niña.
Pero para rematar la faena, y ante el peligro de que la película no fuera lo suficientemente histérica, Fesser nos deleita con extrañezas como la muerte del padre de Camino, merecedora de ser escena de películas como "Mortadelo y Filemón" o series como "El Equipo A"; el aplauso generalizado de la curia a la muerte de la protagonista, al que sólo faltaron pañuelos blancos pidiendo las orejas y el rabo; o la visión de la niña cuando habla de que todos tienen cara de miedo porque viene "el negro", interpretado como el Diablo por los sacerdotes cuando en realidad era su amiguito "de color" del grupo de teatro. Lo que nos faltaba, Fesser ahora es racista (¿o quiere decir que lo son los del Opus?...).
El mejor resumen es el que hizo uno de mis acompañantes en tan aciaga noche... "Un insulto para la inteligencia del espectador".
Buena suerte.