El cumpleaños de un mejor amigo es siempre una oportunidad para renovar votos por medio de ese pacto eterno que es una amistad sin condiciones. Un tipo de relación que sobrevive a amoríos, separaciones, mudanzas, viajes, depresiones, alegrías: un juramento invisible a prueba de todos los cambios. Lo de menos es que cumpla años: lo de más, es que cumpla años estando contigo.

Supongo que el concepto de la amistad que tiene el personaje de Tarantino es algo distinta a la que tendría yo, que no se me ocurriría "consolar" a mi mejor amigo dejado por su novia con una noche de putiferio el día de su cumpleaños, que es lo que probablememente menos le pueda apetecer a una persona en este trance. No obstante, al amigo americano nunca se le ha dado bien profundizar en nada, que lo suyo es referenciar y referenciarse. Aquí, siendo su primer filme (creo) digamos que se retroreferencia y como curiosidad se pueden advertir algunos rasgos frikillos que él más tarde convertiría en cine.

Pero la impresión no va más allá de un vídeo casero hecho con más ganas que talento y no tiene mucha más utilidad que la de intentar rastrear la prehistoria del mundo tarantiniano que aquí apenas se encuentra.

La producción es completamente prescindible. No así esta crítica. ¿Porqué?. Porque hoy es el cumpleaños de uno de mis mejores amigos y se lo merece, coño.