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Voto de Paco Silva:
5
Drama. Comedia Dos parejas de amigos se reencuentran. Escuchan música, hablan, leen, comen, pasean, juegan al ping-pong... Puede parecer poco para una película, por eso... TENÉIS QUE VENIR A VERLA. (FILMAFFINITY)
26 de setiembre de 2022
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ojalá existieran más directores como Jonás Trueba en España. Es de los pocos que se podrían considerar independientes y que tienen cierto nivel de relevancia fuera del panorama mainstream, acaparado por comedias y thrillers. Sus películas no están sujetas a un look o fórmulas preconcebidas, sino que suelen ser ejercicios de libertad creativa hasta cierto punto estimulantes. Pero el mayor motivo por el que desearía que hubiera más como Trueba es porque su cine no apela del todo a mis sensibilidades.

'Tenéis que venir a verla' es a la vez fascinante y frustrante. El relato minimalista de la relación entre dos parejas que se han distanciado por las circunstancias de la vida adulta es delicado y melancólico, y la mayoría de espectadores potenciales del film se sentirán identificados hasta cierto punto. Y digo hasta cierto punto porque estas dos parejas son 4 de las personas más aburridas que he visto en una película. Si la idea era esa, gran trabajo, pero no veo que haya una distancia irónica respecto a estos personajes como para contextualizar su forma de no ser.

En este film Trueba parece haber canalizado algunos elementos del rey del minimalismo cinematográfico contemporáneo, Hong Sang-soo, pero se olvida de la esencia de su cine: los personajes. Los films del coreano no funcionan porque hay conversaciones banales en bares o paseos entre amigos. No son películas de situación, sino de diálogos y gestos que dicen mucho de sus personajes de maneras sutiles. Los personajes de Trueba tienen que citar poemas y libros para decir cosas interesantes, pues sus conversaciones no fluyen con naturalidad ni transmiten nada sobre su personalidad.

Para ser un director que tiene el naturalismo por bandera, la visión de la vida en la ciudad frente a la vida en el campo se siente cosmopolita e idealizada. Y en parte es comprensible, pues vivir en un paisaje urbano como el de Madrid, con todo lo que ello implica, hace que vivir en un sitio a 5 minutos de un cercanías te parezca el paraíso. Cuando estos personajes dan un paseo por el campo puedes ver los coches pasando por la carretera. Esto no es el campo, es la visión urbanita del campo. Lo suficientemente lejos como para considerar que estás lejos del mundanal ruido, pero lo suficientemente cerca como para irte a pasar el día en los centros comerciales.

Todo esto no embarra momentos que sí son poderosos, como la primera escena, en la que Trueba demuestra su talento de capturar la música en directo, o la partida de ping-pong, que se siente realmente espontánea y donde prima la diversión, tanto para los personajes como para el espectador. Necesitamos a más gente como Jonás Trueba y más películas como esta, pero también necesitamos visiones frescas que vengan de distintos sitios de España.
Paco Silva
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