"Harakiri" es una estremecedora y deslumbrante obra maestra, absolutamente recomendable para cualquiera que desee ver CINE con mayúsculas. Violenta, dura y dramática desde el primer momento, tiene como tema central el honor, y la importancia relativa que éste tiene cuando se contrapone al inevitable hecho de que todos tenemos que comer y alimentar a nuestros hijos. La cinta está dominada por la potente interpretación de Tatsuya Nakadai, que firma aquí el que puede ser uno de los mejores papeles de su carrera.
La narrativa de la película es fragmentaria y llena de elipsis, pero perfectamente resuelta. Las historias atrapan al espectador con su ritmo pausado pero tenso, siempre in crescendo. Los diálogos, de gran profundidad y belleza literaria, son también otro elemento a destacar. Y en cuanto al aspecto técnico, "Harakiri" es sencillamente brillante e impecable. Todos los elementos de la puesta en escena, así como la fotografía, la iluminación y demás aspectos visuales, consiguen un efecto expresionista y de gran intensidad, con profusión en el uso de claroscuros, encuadres preciosistas y movimientos de cámara que oscilan entre la suavidad y la rudeza, según el tono que cada pasaje requiera. En suma, estamos ante una película de gran belleza plástica, muy bien rodada, una obra maestra, sin duda. Altamente recomendable.