Se nos cuenta el ascenso y caída de Frank Lucas y comienza en el Nueva York de finales de los 60. Frank Lucas (Denzel Washington) es el chofer/guardaespaldas/amigo/confidente/matón de un importante mafioso negro en el Harlem de 1968. Su jefe Bumpy Johnson (Clarence Williams III) muere súbitamente y Frank decide meterse también en el negocio de la droga y lo hará desde cero, pero con la experiencia adquirida al lado de Bumpy y a la vez imponiendo una nueva forma de hacer negocios en el mundo de las drogas.

En líneas generales la película está bastante bien.

Lo primero el argumento. Está basada en hechos reales y la verdad quedas impactado/a porque como comúnmente se dice, la realidad supera a la ficción, creo que si no fuese por eso a ningún guionista de Hollywood se le hubiese ocurrido algo tan enrevesado y surrealista

La película está dirigida por Ridley Scott y tengo que reconocerle que tiene buen ojo para escoger a los actores. Como protagonistas cuenta con Denzel Washington y su actor fetiche Russell Crowe, para mi gusto son dos actores como la copa de un pino y no importa el personaje porque rarísima es la vez que no lo bordan, porque te los crees de buenos de malos, de asesinos, mafiosos, de policías ….o de lo que les echen. En la película los dos están esplendidos. El resto también está muy bien, entre los secundarios también resaltaría a Josh Brolin, magnifico como policía corrupto, un papel logradísimo, te da nauseas con solo verlo

No entiendo mucho de tecnicismos pero el montaje me parece brutalmente bueno tiene partes donde se intercalan escenas familiares y de yonquis drogándose que muestra las dos caras de una misma moneda y te deja impactado.

La banda sonora repleta de música negra de la época, también acertadísima.

El ambiente, vestuario, mobiliario, vamos el envoltorio de la película muy cuidado y te traslada a los 70 de nuevo.
Aunque no le pongo más nota porque la película, está muy bien pero, lo cierto es que no me llena, no se como explicarlo, muy bien técnicamente y las interpretaciones, pero es que es como ver un documental está todo muy desarrollado, abarca demasiado en la vida de los dos adversarios: el mundo de la droga, la familia, la policía corrupta. Al final te enteras de todo, pero es como si a la vez pasase de puntillas. Haber la película no es mala, te quedas con una reconstrucción total de los hechos, pero en líneas generales sin escenas de gran intensidad, o un hilo argumental más profundo que puedas seguir, porque cuenta demasiado y va todo muy rápido, vamos que con ese plantel se podría haber hecho algo aún mucho mejor, más personal y más intimista según mi opinión.

Aunque merece la pena verla, no es perfecta, podría haber sino mejor pero es bastante buena, además el modo en el que Frank Lucas transportaba la droga hasta Estados Unidos es para verse porque lo juro era surrealista, pero funcionaba.