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España España · Sildavia
Voto de krusellas:
3
Intriga Cuando el Estado intenta expropiar su plantación para construir una autopista, Charlotte Hollis (Bette Davis), una rica solterona del Sur que lleva treinta años recluida llorando la muerte del hombre amado, pide ayuda a su prima Miriam (Olivia de Havilland) y a su viejo amigo Drew (Joseph Cotten). (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2014
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se dejen engañar por la pléyade de olímpicos que inunda la cartelera de este aparatoso pastiche. Y es que, habida cuenta el éxito arrollador de esa obra maestra incontestable titulada "¿Qué fue de Baby Jane?" el amigo Aldrich nos la quiso meter doblada y probó fortuna creando una cosita parecida, recargando las tintas en todo, a ver si colaba el engendro.
Lo primero fue recurrir a Henry Farrell, el mismo novelista que parió la magistral " What Ever Happened to Baby Jane?", pero esta vez, como lo escribió con desgana, salió un monstruito de Frankestéin, una cosa que no sabe andar y que está fabricado con retazos de cadáveres, tornillos y cinta aislante.
Los grandísimos actores que salen en la cinta están mal dirigidos, abandonados a su suerte... Bette vuelve a hacer de Baby Jane, ni más ni menos, los mismos tics, las mismas miradas, las mismas ausencias, pero lo que allí quedaba perfecto aquí se convierte en parodia. Dª Olivia es obligada a travestirse en trasunto de Joan Crawford, esta vez haciendo de prima, y el resultado es deprimente; Joseph Cotten va y viene sin tener muy claro cuál es su papel en esta telenovela. Agnes Moorhead, una de mis diosas indiscutibles, sobreactúa de modo patético haciendo el típico rol de "criada negra" (menos mal que, al menos, no la embetunan), y así todos que, según van haciendo su entrada en escena, deseas que se queden atascados en el camerino.
Y como todo es más falso que el beso de Judas, y el guión es artificioso y está plagado de trampas, y se nota a la legua que esto es un invento destinado exclusivamente a chupar de las ubres de Baby Jane y luego pasar por caja, pues queda un pestiño aburrido y soporífero.
En fin, todos tenemos derecho a comer, y si es caliente mejor. Y vivir en Hollywood se ponía en un huevo, oiga...
krusellas
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