Bien es cierto que, quitando las obras dirigidas por Spielberg, esta saga jurásica nunca ha rebosado calidad ni "coherencia" argumental ninguna, pero lo de esta última parte es de traca. La primera calcaba sin ton ni son muchos conceptos de la Jurassic Park del 93, aunque en cierto modo era una obra estimable, un refrito sabroso, que no inventaba nada (ni lo pretendía) pero que cumplía unas expectativas basicas de entretenimiento.

En este caso Bayona, el director mas sobrevalorado de todos los directores famosos de la geografía española actual, exprime el meme hasta el paroxismo y con un nulo sentido del ritmo copia de forma ramplona y tira por tierra los planteamientos que hacían destacable aquella The Lost World (poco originales, por otro lado, al final no era más que un remake indisimulado de King Kong con T-rex), llevando al espectador a la exasperación. Otro dinosaurio genéticamente alterado, otro recurso tonto y previsible de película de terror, otro puto plano supuestamente épico de un dinosaurio rugiendo hacia el cielo como si fuera el león de la Metro (en el hipotético caso de que lo que hagan los dinosaurios sea rugir). A partir del quinto plano dejé de contar, pero juro que si vuelvo a ver otro plano de esos iré a casa de Bayona para que me devuelva mi puto dinero.

En tan jodidamente mala que hace buena la primera Jurassic World.

Poco se puede esperar de estas obras asépticas, creadas es un laboratorio (probablemente la peor Inteligencia Artificial existente sea capaz de escribir un guion mejor que este despropósito), sin una pizca de personalidad ni talento, solo atendiendo al mercado, copiando lo que ya se hizo mucho antes y, sobre todo mucho mejor, con el simple propósito de hacer caja.