Intento vano en vender las taras menstruales de un asesino presuntamente inteligente, frío y flemático que, aburrido de matar, decide grabar su propia muerte. Aun cuando el planteamiento resulte original, me ha resultado insoportablemente lenta, vacía y carente de emoción. No he conseguido conectar en ningún momento con el protagonista que no me transmitía nada en absoluto. No hay tensión. No entiendo las críticas positivas de los "expertos". A mi se me antoja otro petardo de bajo presupuesto grabado cámara en mano. Me he aburrido de lo lindo.