Esta es una película armoniosa, que no recurre al boxeo como tema central -como Rocky- sino que va mucho más allá, sólo lo utiliza para contextualizar la historia, historia que es tan real como fantástica. Habla de la dignidad, del amor. Clint Eastwood: a esta altura, su nombre es su propia crítica, y Hillary Swank, aplausos para ella que sabe darle batalla a dos grandes que podrían haberla tapado completamente (Eastwood y Freeman). La preocupación impresa en la cara de Eastwood, da la sensación que, al apagarse las cámaras, él sigue preocupándose por Maggie. Muy conmovedor y se merece todos los premios que ganó.