No cumple con las expectativas que se habían generado. La película se queda corta en varios aspectos clave.

En primer lugar, la trama carece de cohesión y dirección clara. Parece que los eventos ocurren sin un propósito definido, y muchos momentos se sienten desconectados entre sí. Esto hace que la película pierda su ritmo y no logre mantener el interés del espectador a lo largo de su duración.

Además, los personajes no reciben el desarrollo necesario para que el público se sienta conectado con ellos. Aunque se introducen nuevos bailarines en la historia, sus antecedentes y motivaciones no se exploran lo suficiente. Esto los convierte en figuras planas y difíciles de involucrarse emocionalmente. Incluso el personaje de "Magic" Mike Lane, interpretado por Tatum, no logra brillar tanto debido a la falta de material convincente.

En cuanto a los temas que se abordan, la película parece solo raspar la superficie en lugar de analizarlos en profundidad. Se desperdicia una oportunidad para generar reflexión y diálogo sobre estos problemas importantes que afectan a la sociedad actual. Esto hace que la película se sienta superficial y falta de relevancia en su mensaje.

Aunque la dirección de Soderbergh mantiene su estilo visual distintivo en las secuencias de baile, esta vez no logra aportar frescura ni innovación. Por momentos, las escenas de baile parecen repetitivas y predecibles, sin ofrecer nada nuevo ni emocionante para los espectadores.

En resumen, "El último baile de Magic Mike" es decepcionante. A pesar de contar con el talento de su elenco y director, la falta de cohesión en la trama, la superficialidad en el desarrollo de personajes y la falta de profundidad en los temas abordados hacen que la película tenga poco impacto. Para aquellos que esperaban un broche de oro, es posible que se sientan defraudados por esta entrega que no logra alcanzar su potencial.