Que pasa por la cabeza de una mujer que aún es relativamente joven, conserva un notable atractivo, es una reputada actriz de teatro, posee fama, dinero, y tiene un marido inteligente y atractivo, para entrar en crisis. La mente humana cuan enrevesada es, muchos creemos que moriríamos por lo que otros tienen, y estos parecen no darse cuenta o no valorar aquello de lo que disponen.
Conocemos a esa magnifica Julia en todo su esplendor, con sus egos, sus manías, sus caprichos, sus histerias, cuando sufre, cuando es puro fuego, también cuando fríamente prepara su sutil y cruel venganza, es una autentica delicia conocerla y admirar a esa inmensa Annette Bening, borda un papel echo a su medida, para su lucimiento, yo no hubiera dudado en concederle el Oscar, estuvo nominada pero la academia se lo dio a Hilary Swank.
La película nos enseña algo del mundo del teatro, lo que se mueve a su alrededor no siempre es tan idílico incluso para los que tienen éxito, las envidias, lo que se es capaz de hacer para escalar, la propia fama, la presión de no defraudar. Esta cinta ya desde el comienzo atrae el interés del publico pero a medida que su metraje va avanzando ese interés crece en paralelo hasta llegar a ese final explosivo, muy bien expuesto, donde además la Bening alcanza el momento cumbre, es una maravilla contemplarla, cierto es que la película tiene muy buen nivel, pero es su protagonista la que le da categoría y la que destaca por encima de todos.