... que acabas con algo demasiado genérico. Después de leer y escuchar varias críticas muy positivas sobre esta película, me siento un poco como el aguafiestas, pero en fin, cada uno tiene derecho a su opinión, y dado que nadie ha expresado lo que me pasa a mí con esta peli, voy a hacerlo yo mismo.

Y no es que no me haya parecido bonita, ni que me haya desagradado en realidad; de hecho le voy a poner un seis, "bien". ¿Qué ocurre entonces? Pues que tengo la sensación de que esto ya lo he visto muchas veces, y siendo una película tan emotiva, me parece, hasta cierto punto, que haya sido escrita de manera automática, como con un programa en el que introduces los elementos y te saca un guión terminado. Personajes heridos y solitarios, presente. Encuentro que cambiará sus vidas, presente. Abuela que tiene una mayor y más profunda percepción del mundo, presente. Adolescente madura para su edad y melancólica, presente. Tratándose de una película japonesa, el tema del aprecio por la naturaleza está también muy presente, principalmente, y ya desde el cartel lo anuncian, con el tema de la floración del cerezo, uno de los referentes (¿clichés?) más típicos del cine japonés.

En serio, estoy seguro de cualquiera que haya visto bastante cine ha visto todo esto un montón de veces ya, y el problema es que la peli no trata de hacer nada original con ello, con lo cual queda una película bonita pero bastante genérica y previsible. En una crítica extranjera comentaban algo que merece la pena resaltar, y es que la peli cae incluso en el cliché de "explicar" ciertos elementos argumentales a través de dos (!) cartas leídas en voz en off, un truco facilón y más viejo que el hambre que es una señal clarísima de holgazanería a la hora de escribir un guión.

Pese a todo no le pongo mala nota porque los actores logran insuflar muchísima emotividad y humanidad a sus personajes, tiene elementos interesantes, y pese a lo genérica que es, logra emocionar en varios momentos gracias a las interpretaciones y la buena mano de la directora. Para la próxima, toca romperse un poco más la cabeza, Naomi Kawase.