Gran obra histórica de Hirschbiegel (no he visto nada de él, no os voy a mentir) sobre los últimos días del III Reich. La conocida obra dónde un totémico Bruno Ganz se transforma en uno de los líderes más temidos en la historia. Ganz se transforma en Adolf Hitler de una manera que incluso asusta mirarle a la cara.

Hirschbiegel a través de los ojos de la secretaria del Führer nos muestra la decadencia y zozobra del imperio del terror que trató de destruir Europa. Nos muestra el compromiso de vivir en esa Alemania, o trabajar para ellos o morir bien de hambre o preso por traidor al régimen.

La obra es cruda, profundamente realista y como punto negativo, un poquito larga, podría ahorrarse algunas escenas para que la narración fluya de una manera más directa y hubiese dado pie a una película soberbia.

Pese a que la obra es una película histórica, no solo se centra en la historia, también va a hacia la mente del Führer y consigue algo prácticamente impensable, que es humanizar a uno de los hombres más perversos de la historia de la humanidad. No es sólo esa mano que quería manejar Europa o un singular bigote perverso, sino un desesperado charlatán de palabras vacías, un cobarde en un búnker que condena a los suyos antes que perder él, una mente desquiciada que no entiende cuando uno pierde, un hombre que embaucó a una nación y un ególatra que no entiende estar equivocado. El que se creía el más grande siendo el más bajo de la sala.

Grandísima obra con 2 escenas que me gustaría destacar. La famosísima bronca de Hitler a sus generales a grito pelado y (pienso que lo que voy a decir no es spoiler, todo el mundo que haya leído algo de historia sabe que la familia Goebbels se suicidó) cuando Frau Goebbels envenena a sus 6 hijos con frialdad y nervios de acero, terrorífico.