En un futuro en el que las tecnologías han avanzado vertiginosamente, se están poniendo en práctica los nuevos avances de la clonación en animales, pero pronto un hombre al llegar a su casa, descubrirá que alguien ha traspasado la barrera de la ética.
En pleno auge del debate que supuso en su día la clonación de la oveja Dolly, esta historia de ciencia ficción se apoya en el interesante tema del empleo de la clonación en seres humanos, mostrando las virtudes y las posibles contraindicaciones que acompañarían al empleo de semejante técnica.
El director genera una historia futurista competente y repleta de acción, apoyándose en una atractiva idea que desarrolla eficazmente, con el empleo de un ritmo fluido y pinceladas de un humor lleno de ironía y sarcasmo.
Arnold Schwarzenegger participa en un papel hecho a su medida, en el que se siente como pez en el agua, mostrando su capacidad para seleccionar papeles propios de él, en los que demostrar su talento para la acción.
La trama futurista ofrece diversas lecturas alrededor de los avances tecnológicos y científicos, mostrando un mundo frió y enfermizo, tratado con un ingenioso y ágil sentido del humor.
En un futuro en el que se ha llegado tan lejos en diversos sectores, como novedosas armas que disparan rayos láser, la facilidad para clonar humanos, el empleo de imágenes en tres dimensiones y hologramas, sorprende que no se hayan realizado mejoras en el sector automovilístico, donde el protagonista sigue teniendo un Cadillac rojo.
Algunas secuencias de acción ofrecen un molesto empleo de la cámara lenta, que ralentiza la imagen en momentos que no lo requieren, perdiendo efectividad.
A pesar de contar con algunos puntos débiles en el aspecto técnico, la trama se nutre de una idea atractiva, apoyada en la acción y en su estrella principal, resultando ser un ejercicio de entretenimiento, que ofrece diversas lecturas alrededor de la polémica clonación.