Nicolas, Nicole, ni nadie dan sentido a esta trama inverosímil e incoherente.
Potenciado el marketing por sus interpretes principales, ganadores del Oscar cita el anuncio, que bien podría haberse quedado en un tradicional telefilm de sobremesa, para salir directamente en televisión.
Los ganadores del Oscar empiezan a abusar de su condición de estrellas aceptando cualquier cosilla para pagar sus deudas y sus mansiones, destruyendo los cimientos de su carrera cinematográfica.
En algunos momentos cuesta reconocer a Nicole Kidman, no se si por alguna operación de cirugía estetica, pero su expresión ya no es la misma y no solo eso, si no que sus ultimas interpretaciones empiezan a ser lamentables. Del mismo modo ocurre con Nicolas Cage, que empieza a sobreactuar en exceso, con multitud de muecas histriónicas.
En el apartado argumental, nos encontramos ante una historia que tiene agujeros por los cuatro costados, en el que el comportamiento de los diferentes personajes que aparecen en el mismo, carecen de sentido alguno. Lo único que he encontrado lógico en todo lo que se nos cuenta, es que unos ladrones quieran robar, el resto se escapa de los limites de la lógica.