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Voto de Cobalt Blue:
5
Intriga. Thriller Ángela, estudiante de Imagen, está preparando una tesis sobre la violencia audiovisual. Como complemento a su trabajo, su director de tesis se compromete a buscar en la videoteca de la facultad material para ella, pero al día siguiente es hallado muerto. Ángela conoce a Chema, un compañero experto en cine gore y pornográfico, y a Bosco, un extraño chico, amigo íntimo de una joven asesinada en una snuff movie. (FILMAFFINITY)
19 de junio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El filósofo Eugenio Trías escribió un interesante ensayo titulado «Lo bello y lo siniestro» en el cual, entre otras cosas, analiza «Vértigo», la obra maestra de Alfred Hitchcock: Scottie mira de reojo, nos dice. Una mirada de reojo, explica, puede entenderse como aquella definida por la ambivalencia, es decir, se trata de la mirada de quien siente al mismo tiempo horror y fascinación. En algunos momentos de «Tesis» Ángela, al igual que Scottie, no quiere mirar y, al mismo tiempo, quiere mirar.

Toda «Tesis» consiste realmente en una prolongada mirada de reojo a lo siniestro, o, por decirlo mejor, debido a su naturaleza, induce al público a adoptar ese tipo de mirada. Los espectadores miran con el miedo infundido por la posibilidad de contemplar imágenes atroces y, a la vez, alentados por el paradójico anhelo de ver, por fin, alguna secuencia explícita.

Si tenemos en cuenta esta mirada ambivalente, cabe entonces formular una pregunta: ¿no está el director incurriendo en cierto modo en el error que él mismo, en un coloquio acerca de la película, reprochó a los responsables de algunos programas televisivos? Alejandro Amenábar formuló críticas a las imágenes escabrosas emitidas con la excusa de un supuesto interés informativo en ciertos programas sensacionalistas. Tal vez sin percatarse, sin ser capaz de predecir las reacciones del público, también él fomentó un interés morboso.

Pantalla (mental) en negro

En un “cómo se hizo” de «Tesis», o sea, en un vídeo de entrevistas a actores, directores y demás profesionales del medio a propósito de algún rodaje en el cual se enfrascan, el entonces joven director dijo esto: en el cine las atrocidades deben ocultarse porque se activa así la imaginación del espectador, facultad capaz de elaborar imágenes más atroces que las elaboradas por cualquier cineasta. Discrepo, y necesito extenderme un poco para exponer mi argumento.

No hay imaginación «ex nihilo»: es imposible imaginar a partir de la nada. Los seres humanos no podemos imaginar sin haber visto antes aquello imaginado. El siguiente ejemplo disipará cualquier duda: los miembros de una tribu no contactada jamás podrán imaginarse un coche porque nunca han visto uno. Podemos imaginar un coche en concreto, el de un amigo, o el nuestro, u otro, lo cual presupone haberlo visto alguna vez, es obvio. O podemos imaginar uno creado por nuestra capacidad mental, para lo cual requerimos conocer alguno, haber visto un coche, cualquiera, por lo menos una vez. He escrito «creado por nuestra capacidad mental»; ahora bien, si por crear entendemos producir desde la nada, entonces quizá el verbo más adecuado para expresar cómo funciona la imaginación sea imitar: partimos de algo visto y producimos en nuestra visión interior una suerte de imitación, o, en los caos de la fantasía y la ficción científica, de derivado. Los autores de este tipo de obras también se inspiran en realidades conocidas; pero las presentan modificadas —con colores cambiados, con formas ligeramente diferentes— o las producen al combinar partes de seres o de cosas existentes.

La mayoría de espectadores nunca ha visto actos atroces; por lo tanto, Amenábar se equivoca: no podrán imaginar ninguna atrocidad. En consecuencia, la imaginación no puede actuar de ningún modo, cuando...

Cuento detalles; sigo en la zona oculta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cobalt Blue
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