Cuando por fin Spielberg ya se había encasillado en producciones de cine puramente comercial, aunque no por ello exentos de calidad, el cineasta quiso explorar nuevos caminos de la profesión y se atrevió con el drama.

Su primera incursión en el género no podía ser más buena, basándose en una novela, el director creó todo un melodramón donde quiso retratar las desigualdades sociales por motivos raciales.

Pese a que Spileberg luego construiría films del mismo género más brillantes, aquí ya demuestra su extraordinaria facilidad en los cambios de registro acompañado además de un reparto muy eficiente donde Goldberg sorprende por su nivel de implicación en su personaje, seguramente el mejor que haya interpretado. De Danny Glover poco se puede decir, está perfecto y su registró en el film es muy diferente al de otros de sus trabajos, por lo que el interés es bastante elevado.

Pese a que se hace una denúncia a los prejuicios raciales, la mayor apologia del film es la defensa de la dignidad humana, no solo por el color de la piel, sino por el sexo. Pues Glover explota y somete a su voluntad al personaje de Goldberg teniendo en cuenta que provienen de raíces muy parecidas.

La película cuenta además con una cuidada fotografía y bella banda sonora que aumentan la calidad de la película. El resultado final es una película sencilla pero asombrosamente humana, con un mensaje de lo más noble y humano llevado a cabo con unos métodos muy similares a los mísmos valores que trata de transmitir.