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España España · Complutum
Voto de Pableras:
5
Animación. Comedia. Fantástico. Musical La película cuenta el viaje de Manolo, un joven torero que se debate entre cumplir con las expectativas de su familia o seguir su corazón y dedicarse a su verdadera pasión: la música. Antes de escoger el camino que seguirá, emprende una aventura recorriendo tres mundos fantásticos, donde tendrá que superar sus peores miedos. Producida por Guillermo del Toro. (FILMAFFINITY)
25 de febrero de 2015
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Día de los Muertos es una festividad mexicana que se corresponde con el Día de Todos los Santos. Acorde con nuestra cultura religiosa católica, lo que aquí vendría a ser un acto de culto sobrio, sentido y gris, allí, en México, es toda una fiesta en la que veneran a sus muertos sin perder de vista el sentido lúdico y colorido de la vida. Una mezcla, en definitiva, de la celebración de Halloween con nuestro Día de Todos los Santos, un todo en uno que despierta fascinación alrededor del mundo. Y así es como se dispone 'El libro de la vida' (2014) ante nuestros ojos, como una traslación del auténtico espíritu de dicha fiesta a una película alocada hecha desde el corazón. Nada que objetar, pues, a las intenciones de sus responsables, aunque los resultados son, a la postre, bastante discretos y convencionales.

Apadrinada por Guillermo del Toro, un amante del fantástico y las calaveras, y escrita y dirigida por Javier R. Gutiérrez, quien lleva toda su carrera explorando la cultura popular mexicana a raíz de su amor por ella, 'El libro de la vida' aprovecha la famosa festividad mexicana como punto de partida para una historia que, en última instancia, es toda una carta de reivindicación hacia México y sus costumbres, un alegre y sincero canto de sentido afecto hacia su folclore, dejando al margen todo aquello que está pudriendo el país azteca, convirtiéndolo tristemente en un lugar desolado y peligroso (Alejandro González Iñárritu, flamante ganador en la pasada gala de los Oscar, hizo una mención al respecto en su discurso). Es un film cuya intención principal es contagiar la alegría de vivir, dibujar una sonrisa en el rostro, y eso es algo que sólo logra a medias o, mejor dicho, en contadas ocasiones. Su estructura de cuento con historia de amor vertebradora con dos amigos de la infancia enamorados de la misma chica suena bastante a déjà vu. Esto provoca que, por lo general, todo sea bastante previsible, demasiado maniatado a la narrativa convencional como para deparar cuantiosas sorpresas, lo que unido a un ritmo un tanto irregular, a caballo entre la efusión desatada y el desfallecimiento momentáneo, acaba por dañar un film cuyos postulados son originales y apetitosos.

Los aspectos más notables corren a cargo de un diseño de personajes suculento y atractivo y de un acabado visual que, aun lejos de la excelencia de Pixar o el reciente Disney, consigue embriagarnos con su cuidada mezcla de colores y texturas (un 3D con apariencia de stop motion), un pequeño festín para la vista que, lástima, no se corresponde con un banquete total que deje saciadas nuestras emociones. El principal fallo es la deriva profundamente convencional que se va adueñando del relato, hasta convertir lo que era caótico y de una comicidad tan oportuna como demente en un cuento harto tradicional con pretensiones de transgresión. Amor, amistad y lucha presentados como tantas veces se ha visto con anterioridad, lo cual deviene en una pequeña decepción, en una sensación de oportunidad perdida. Las canciones, sabiamente versionadas, y ocasionales destellos de genio cómico mantienen el interés de una historia que, por momentos, recuerda ligeramente a 'La novia cadáver' (2005) de Tim Burton y al mito de Orfeo, en el cual indiscutiblemente encuentra una referencia destacable. Y a colación de las canciones viene un ruego, un lamento por parte de un servidor, pues en la proyección a la que asistió (un pase de prensa a rebosar de niños) se vio la película doblada al castellano, y es entonces cuando se hace incomprensible el hecho de no poder ver la película en mexicano, restándole bastante sentido e impacto pues la cinta es todo folclore, música, sentido y cultura mexicanas... ofrecidos sin acento. Una decepcionante decisión por parte de la distribuidora, sin duda alguna, que neutraliza parte del encanto de la propuesta. ¿Acaso alguien no entendería el mexicano? Aunque eso no es culpa de sus creadores, claro, aunque habrá que esperar al film de Pixar sobre el Día de los Muertos (previsto para 2016) para, quizá, caer rendidos a esta festividad (en formato cinematográfico).

A título personal, se agradece la crítica a la muerte del toro, que muchos en España verán (sic...) como una ofensa a la tauromaquia, ese espectáculo sangriento que algunos todavía insisten en llamar arte y, no se sabe si incluso más lamentable aún, considerar como patrimonio cultural. Así nos va.

www.asgeeks.es/movies/critica-de-el-libro-de-la-vida-folclore-mexicano-sin-acento/
Pableras
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