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España España · Complutum
Voto de Pableras:
3
Terror. Acción Ángela Vidal, la única superviviente de una terrible infección, es evacuada de un edificio. Sin embargo, a pesar de que la situación parece estar controlada, el caos vuelve a desatarse y la semilla del mal renace adoptando nuevas y terribles formas. (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2014
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hagamos un pequeño viaje al pasado. Corría el año 2007 y Jaume Balagueró y Paco Plaza, estandartes del cine de terror y fantástico español de las dos últimas décadas, presentaron en el Festival de Sitges un experimento de puro terror titulado '[·REC]'. El impacto fue brutal. La sensación de contemplar algo que nunca se había visto antes (una refundación del subgénero del metraje encontrado -de terror- aplicado a la era de la telerrealidad) conquistó tanto a crítica como a público. Un tren de la bruja de inapelable eficacia y contundencia, ideado como un juego experimental por parte de sus creadores (que con ella pergeñaron la mejor película de sus respectivas carreras). No estaba pensada una continuación, pero la inmediata devoción de un legión de fans propiciaron la creación de una saga rentabilísima y, por fortuna, algo más que mera operación comercial. '[·REC] 2' sirvió a Plaza y Balagueró para proseguir su discurso estético, añadiendo nuevas soluciones visuales (una brillante, como las cámaras de los cascos de los Geos) e incorporando unos cuantos giros que despertaron cierta polvareda entre el público. Más o menos discutibles, lo cierto es que el cariz demoníaco que tomó la saga (advertido ya en el sobresaliente epílogo de la primera parte) era cuanto menos original y jugoso, y el tren de la bruja, aun sin contar con el factor sorpresa y siendo menos memorable, seguía mereciendo mucho la pena. Por otro lado, a modo de juguete e incluso broma muy personal, Paco Plaza rodó en 2012 una tercera entrega, 'Génesis', que funcionaba como catarsis cómica inmersa en el universo '[·REC]' pero como un punto y aparte de lo visto en las dos primeras cintas. La saga seguía a un buen nivel, y el brutal final de la catastrófica boda nos ponía los dientes largos esperando el apocalipsis… y lo visto en 2014 no es, desde luego, el apocalipsis soñado.

Tras un prólogo nostálgico y vibrante, la trama se traslada a un barco en pleno mar abierto donde se desarrolla enteramente la película. Cuanto más rápido el espectador olvide el sueño húmedo de ver las calles de Barcelona atestadas de zombis, mejor se ubicará en la nueva propuesta de Balagueró. Ángela Vidal, única superviviente del famoso edificio, se encuentra bien vigilada. Sin embargo, una peligrosa amenaza vaga suelta por los pasillos del navío, y no tardará en desatarse el caos. La presentación de personajes es ágil y los acontecimientos se suceden con interés. Lamentablemente, una vez se desata la furia y la muerte entre camarotes y cocinas, también afloran los peores presagios que, viendo el tráiler, muchos aficionados habrían deseado no conjurar. Música atronadora empeñada en subrayar sin medida los puntos álgidos del metraje, interpretaciones forzadas y de más que dudosa credibilidad (algo hasta ahora desconocido en la saga) y la amarga sensación de estar viendo una secuencia rutinaria tras otra, encadenadas sin mayor pretensión que la de ofrecer un recital de golpes de efecto entretenido, lo cual no se alcanza en (casi) ningún momento. El miedo ha sido desterrado, lo cual ya no es un problema (¿alguien se asustó con la tercera entrega?), pero lo mínimo que uno espera es tensión, propósito que en esta cuarta parte falla por completo. Sin lograr empatía por ningún personaje (a excepción del que interpreta de nuevo de manera solvente Manuela Velasco) es difícil crear un vínculo con lo mostrado, y '[·REC] 4' se siente repetida, agotada, eventualmente aceptable pero también ridícula (los gritos de Velasco a la vieja), una capítulo final infiel y que supone no una traición, pero sí un claro desfallecimiento tanto de la saga de los infectados-poseídos como de la más que interesante carrera de Jaume Balagueró.

Las buenas noticias corren a cargo de los aspectos técnicos de la cinta, sobresalientes y capaces de competir con garantías con el cine de mayor prepuspuesto al otro lado del charco. El maquillaje es excepcional, los efectos buenos, y haber rodado en un barco de verdad y no en un decorado es más que loable. Sin embargo, la efusividad con que se habla de todos esos aspectos no puede, tristemente, trasladarse al resto de la película, que queda como un final de fiesta descafeinado, atiborrado de convencionalismos y poseedor de un aire de serie B a todas luces no premeditado. Quedémonos con la energía, el nervio y el músculo de la trilogía precedente, abandonados a su suerte en esta entrega final que, de un plumazo, destierra toda la mitología demoníaca de la saga para servir escasas respuestas, ninguna de ellas emocionante o sorprendente. Deja de grabar, Pablo, por tu puta madre.

http://www.asgeeks.es/movies/critica-de-rec-4-final-de-fiesta-infectado/
Pableras
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