La última película de la trilogía "terrorífica" de Sam Raimi contó esta vez con un mayor presupuesto gracias al mecenazgo de Dino de Laurentiis. En cuanto a la historia, prosigue donde finalizaba "Terroríficamente muertos" - con un pequeño recordatorio de lo sucedido por si alguien no había visto las anteriores o se había olvidado después de 5 años -, con Ash llegado a la Edad Media tras atravesar la grieta temporal.
Para mí no es más cómica que las dos precedentes (salvo por el abuso grotesco, humorístico y casi absurdo de las escenas en que nuestro héroe se adentra en el cementerio). Sí se aprecia que está más elaborada y es más variada en cuanto a argumento (aunque Raimi siga sin profundizar en muchas ocasiones o introduzca incoherencias que restan credibilidad). En mi opinión, sin llegar al sobresaliente, es una película que hay que ver con sentido del humor y dejándose llevar por su aire de comic.
Resulta graciosa en cantidad de momentos y delirante al comparar el modo de hablar de Ash con el de los habitantes del S. XIV.
Musicalmente se nota una mayor calidad, tanto en la ayuda de Danny Elfman a Joseph Loduca, como en los homenajes que la banda sonora realiza a otras películas (ver spoiler), al igual que Raimi introduce guiños a "Terminator" y "Star Wars".