Esta simpática frase aparentemente sin mucho sentido, se convierte en un leitmotiv más de una película de la que es mejor saber poco o nada. De hecho, vaya gracia que han hecho revelando la profesión de los protagonistas, pues es una de las sorpresas que me llevé cuando al principio nada era como lo que pasa después.
Mark Wahlberg, que no está entre mis actores favoritos, da una buena réplica al siempre solvente Denzel Washington y la trama es muy entretenida jugando a tantas bandas en las que se ven implicados antihéroes totales. Atención a los villanos interpretados por Bill Paxton (por si os cuesta reconocerlo, es el cowboy con bigote, no diré más) y por el antiguo jefe de Crockett y Tubbs en la serie "Corrupción en Miami" (Edward James Olmos, en un papel completamente opuesto). Aparte de Paula Patton, claro...
Un argumento con mucha acción, tiroteos y humor negro que recuerda bastante a Tarantino y que, pese a su increíble planteamiento, no decae en ningún momento una vez comprendes de qué va el pastel. Quizá como en ese tipo de cine, los diálogos son algo atropellados, pero supongo que es un homenaje.
Incluso su final, que parece algo fallido, se explica a posteriori (ver spoiler)
Mi nota: 7,8