No soy amante de las películas de boxeo, pero reconozco que "Million dollar baby" es algo más que eso. Es una película sobre sueños, la perseverancia por conseguirlos y, por supuesto, sobre la dureza de la vida. Y lo mejor de todo es que, además de tener cosas que contar y que hacen reflexionar profundamente, está dirigida por un Clint Eastwood que siempre sabe cómo ha de hacerlo. A ello debemos unir a unos estupendos Morgan Freeman (con el que ya tuvo un éxito enorme en la genial "Sin perdón") y a una Hillary Swank merecedora realmente del Oscar (pese a que al principio sea un poco pesadita con lo de "jefe", consigue después una empatía con el espectador capaz de emocionar a cualquiera).
Película más dura de lo que parece a priori - parece que al bueno de Clint le ha dado por centrarse ahora en historias crudas, como ya hiciera en "Mystic river" -, es todo un ejemplo de buen cine actual. Aunque no te guste el boxeo (no le subo la nota precisamente por este aspecto) o te parezca un poco lenta, es de esas cintas a las que hay que darles la oportunidad de verlas enteras para poder juzgarlas correctamente.
El guión, obra de Paul Haggis (ganador del Oscar a la mejor película del 2006 con "Crash") es bastante sobresaliente, destacando su giro imprevisible que es mejor no revelar.
Sólo me resultó un poco cargante el personaje de "Peligro".