"Lo más grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido". Frase clave de la película y lema de esta historia de amor que Luhrmann supo transformar al París de 1900 tomando como referencia "La dama de las camelias", de Alexandre Dumas (o su adaptación operística "La traviata", de Verdi). Pero lo novedoso está en la forma en la que lo hizo, convirtiéndolas en un musical revolucionario como los propios bohemios e incluyendo para la banda sonora temas contemporáneos - años 60 a 80 - cuyas letras describen perfectamente el desarrollo de la trama.
A esta "Moulin Rouge" puede criticársele lo recargado de la estética e incluso los niveles del absurdo que alcanza la película especialmente al comienzo, pero que gracias al excelente trabajo de la pareja protagonista se queda en mera anécdota. Ewan McGregor se defiende bastante bien como cantante, aunque la que brilla como Satine con luz propia es Nicole Kidman. Posiblemente estaba en el momento cumbre de su carrera como actriz y eso se nota: Bella, deslumbrante, sensual y vocalmente impecable (ya había hecho sus pinitos por ejemplo, junto a Robbie Williams en "Something stupid"). El argumento también va ganando en interés por sus continuos giros, aunque sin lugar a dudas lo mejor de la película es mejorar la "Roxanne" de Police con un tango, escuchar "Your song" de Elton John con Plácido Domingo de fondo, o descubrir versiones magníficas de "Nature boy", "Lady Marmalade", "The show must go on", o el mismísimo Can Can de Offenbach con una letra inventada que encaja con lo que se está contando. Auténticas delicias si te gusta la buena música. Y como colofón el tema "Come what may", éste sí totalmente original.
Mi nota: 7,7