Me enfrenté a esta peli en medio del confinamiento de 2020. No estoy orgulloso de ello, pero hay veces que circunstancias excepcionales te empujan a cometer actos imprudentes.

Y reconozco que la primera media hora me sorprendió, no por su calidad, sino porque la presentación de los personajes se plantea como historias cruzadas, lleva un ritmo que anima a seguir la historia y no estorban demasiado las sosísimas escenas eróticas.

El director se recrea en multitud de vistas turísticas de La Manga del Mar Menor, lo cual, unido a un banda sonora que parece sacada de una película de Parchís forma un conjunto que no paraba de recordarme a una especie de Verano Azul subidito de tono.

El problema es que los actores son de lo peor que he visto. Es imposible creerse nada de lo que dicen, y menos aún en la parte "S" de sus actuaciones. Cualquier video amateur de internet tiene más calidad interpretativa. Ojo al personaje del mafioso, ni los Monty Phyton, oiga. Quizá se puede salvar de la quema Berta Cabré, en su papel de jugadora compulsiva.

Según avanza la historia, se empiezan a acumular las situaciones absurdas y cada vez más minutos de erotismo cutre español de los 80, con una inolvidable, en el peor sentido, traca final .
Sigo en el spoiler (abstenerse animalistas).