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España España · Madrid
Voto de Daniel:
7
Bélico. Acción En 1944, un valiente grupo de soldados rusos logra escapar de sus captores alemanes en un tanque T-34 medio destruido.
15 de setiembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aventura de unos tanquistas rusos durante la IIGM. Buena factura y contada de forma amena. Por supuesto es una película patriótica, pero es comprensible porque los rusos tardarán mucho en olvidar sus millones de muertos y su lucha desesperada frente a un invasor despiadado y teóricamente muy superior. Pero las películas americanas o de cualquier otro país que sufrió durante la IIGM, también son igualmente patrióticas.

Esta película tiene una sutileza narrativa que le da sentido. Se puede pensar que el ahora coronel nazi comete una imprudencia al ofrecer a los tanquistas rusos lo que les ofrece, pero queda patente que lo que desea de verdad en 1944 es resarcirse de su derrota de 1941 frente al mismo hombre, al que vuelve a encontrar esta vez como prisionero de guerra, y al que probablemente ha estado buscando, porque, con toda la brutalidad de aquellos campos de prisioneros, parece que hay una orden oculta de no asesinar a los oficiales tanquistas rusos. Quiere una revancha, un mano a mano, y eso queda patente cuando el nazi le arroja expresamente el guante al soviético, un guante real de verdad, no ya en sentido figurado. O sea, es algo que queda al margen de toda política o ideología. Es algo de un soldado a otro: tú me derrotaste y quiero una revancha. Incluso el detalle de que había seis obuses en el tanque ruso, es obvio que el oficial alemán lo permite sin decirlo, pues de lo contrario sería una película sobre tontos, y no lo es.

Además, queda también insinuado que los soldados aquí no están interiormente convencidos de una ideología. Cuando en una escena, el ruso le dice a sus hombres que deben memorizar el terreno como si fuera la letra de "La Internacional", uno de ellos responde: "Siempre me confundo en tal estrofa"; y, por el otro lado, en la escena en que sale Himmler, cuando para despedirse suelta el típico "Heil Hitler", parece que los dos altos mandos tardan un poco demasiado en responder con el obligado mismo saludo. Esto ya en 1944, y poco después, ya en la Historia real oficial, los tanques soviéticos derrotarían a los tanques nazis en la batalla de Kursk, punto de inflexión que inició el avance imparable de los soviéticos hacia Berlín.
Daniel
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