Nunca he sentido la necesidad de, narcisistamente, compartir mi opinión sobre una película sobre la que ya se ha dicho todo y en donde las criticas no suelen ser más que narrativas de postureo para satisfacer una admiración propia carente de significado novedoso, o que pueda aportar más al público generalmente sobreinformado.

No obstante, debido a la inexplicable mala puntuación que me he encontrado al ir a votar esta película con el mayor del entusiasmo, he sentido la obligación de hacer un poco de justicia en cuanto a reseñas se refiere.

El guión nos introduce de una forma bruscamente agradable, sin aportar practicamente información, (cosa que no cambiará durante todo el metraje) pero con una grotesca springbreakera fotografía que deleitará el inmediato consciente deseo del público masculino. (En palabras menos cahiersducinemasianas: PIVITAS EN BIKINI ).

A partir de la primera introducción, el film se centra en el conflicto entre realidad y ficción, del que nunca se acaba descifrando en la trama, pero si en el mismo guion aparente de la película, que no deja de ser un pretexto para satirizar e ironizar las formas y tópicos del cine patrio destruyendo por completo los niveles narrativos.

Un humor ácido sin alcanzar lo grosero, unas interpretaciones honestas, debido a la propia naturalidad de la cinta, que no le quitan mérito al trabajo de seguir como actriz en la farsa que ellas mismas están creando.

Colorido en un estilo sobrio y sencillo, sorpresas atípicas que sólo dejan en evidencia la gran mediocridad voluntaria con la que se quiere desarrollar la cinta, y en conclusión, un futuro (si no lo es ya) clásico del underground elegante , del gamberrismo conformista, y de la serie B moderna, una serie B que la industria se ha empeñado en ocultar con otro nombre, pero que esta película lo acepta y lo crítica de la misma forma que lo han hecho las votaciones.