De todos es sabido, que las reuniones familiares, en muy raras ocasiones, suelen terminar bien, y ésta no tenía que ser distinta. ¿Por qué?, ¿Hay algo en el ser humano que nos haga distintos unos de otros?. Pues no, como siempre he mantenido a lo largo de mi vida," todo el mundo tiene un precio, es sólo cuestión de acertar con los ceros."
Cuando Elia, proyección de mujer establecida, triunfadora, entendiendo por ello, mujer con trabajo estable, (haciendo lo que le gusta, y segura de sí misma, no voy a entrar en muchas más valoraciones), tiene un golpe de fortuna, comete el error, grande, enorme, monstruoso de querer compartirlo-celebrarlo con sus seres más queridos.
Siguiendo con el guión básico de cualquier reunión familiar que se precie, tras unas presentaciones al uso, proponiendo personajes y situaciones dispares, llegamos a la cena, de buen rollito, llevando la situación hacia lo esperado, cada uno ha de sincerarse en lo mejor que le ha pasado en el tiempo transcurrido, y van desfilando uno tras otro los distintos personajes, el cuñado bañado de éxito en un Buffette de Abogados, el lumbreras ¿multimillonario? por una chorrada inventada, el hostelero y señora y el lobo no tan solitario que se presenta en sociedad a su pareja. Cada uno de ellos va desgranando lo mejor que le ha pasado, y verdad o no, llega el momento de anunciar que la suerte ha sonreído a la que ejerce de anfitriona. A partir de aquí, empiezan a girarse todos los acontecimientos y muestra el verdadero lado oculto y la verdad sobre cada uno de los personajes.
Codicia, envidia, ambición y los más oscuros objetos dan lugar a una presentación de lo más real de lo que puede esconder y esconde el ser humano.
No me gusta Alex O’Dogherty, es un papel que no le hace ningún bien, no es creíble, y no tiene un registro complicado, ser extravagante no es excesivamente dificil, aporta muy poco o nada, quizás en la mente de los guionistas entre la posibilidad de presentar distintos estratos de la sociedad, grande De la torre, en su versión más siniestra con dos caras, al igual que su esposa/hermana de Elia, Cati, quizás la persona que está atrapada entre los sentimientos hacia su hermana y el temor hacia su marido.
Cada una de las situaciones, las he visto reales, creíbles y en su conjunto, verdaderas y como no he ido a ver una película de tiros ni persecuciones, creo que es coherente con lo que podría suceder en un mundo normal.
Todo el mundo tiene un precio, es cuestión de acertar con los ceros.
7/10