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Voto de Señor González:
6
Drama. Romance Una joven universitaria finlandesa toma un tren hacia Moscú para ir al yacimiento arqueológico de Múrmansk. Allí tendrá que compartir su compartimento con un desconocido, un minero ruso. Esta convivencia y unos encuentros improbables unirán poco a poco a estos dos seres completamente opuestos. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2022
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, aclarar que es un petroglifo, que yo mismo, no tenía muy claro lo que eran, y eso que he visto infinidad de veces las líneas de Nazca. Son grabados rupestres en roca, provenientes del periodo Neolítico y se consideran como antecedentes de comunicación previos a la escritura.

Para los espectadores perezosos decir que esta película fue galardonada con el Gran Premio del jurado del Festival de Cannes ex æquo con "Un heroe" de Asghar Farhadi (Las dos películas pudimos verlas en el pasado Festival de Valladolid) y que ha sido también candidata a los Oscars por Finlandia.

Una de las cosas que me ha llamado la atención de esta película, es que parece que es de muy bajo presupuesto. Concretamente y según fuentes de unos 2.412.000 $. Esto no parece un presupuesto muy bajo (de hecho el director ha tenido que sacar el dinero de debajo de las piedras, a través de la figura de la coproducción para llevar a cabo este proyecto), por lo que aquí viene mi primer elogio, la atmósfera fotográfica plasmada a lo largo de todo el metraje es magnífica, una sucesión narrativa deprimente, desabrigada, incómoda, casi hostil.

Y entre todo ese anonimato, soledad, aflicción, entre todo ese barullo de compartimentos y vagones y clases de viajeros, y vidas incompletas tocadas por el siempre caprichoso y repelente destino, de repente, sucede algo, una estrepitosa fricción entre desconocidos que maravillosamente da lugar a una llama viva y nítida de emoción entre un joven tosco e impetuoso que trabaja en una mina y una estudiante de arqueología, huidiza, que busca desesperadamente respuestas vitales que no consigue.

La unión escarpada entre los jóvenes, finalmente con tintes amistosos y sentimentales, dentro del Transiberiano, es uno de los aspectos más álgidos y asfixiantes de la producción; finalmente se desvanece, se desinfla, cuando llegan ambos al fin del trayecto. El joven se libera de ella porque vuelve a la rutina de su trabajo, y ella prestará toda su atención para programar el resto de viaje en busca de los petroglifos.

El amor, ese sentimiento poderoso e intenso que está por doquier en los seres humanos, tanto en los platos de arroz de las aldeas de los campesinos más pobres, como en las conversaciones de los "living rooms" de los áticos neoyorquinos más exclusivos, nos ata y nos libera, nos ata y nos libera, nos ata y nos libera... y a veces se confunde con otros sentimientos o deseos, que tienen la misma o distinta naturaleza.

El resto de la película la dejamos en el aire. Vayan al cine a entusiasmarse con películas hechas cámara en mano, con historias creíbles, con personajes vacíos y desdichados, y no se dejen seducir por las falsas verdades de las superproducciones. Que sí... que son más entretenidas... que sí, que tienen efectos especiales y escenas rodadas en los desfiladeros del "croma-bit", pero.... y los personajes de carne y hueso, y los sentimientos reales, y las buenas interpretaciones.... y los petroglifos en un lugar en ninguna parte en el duro invierno ruso. ¿Dónde queda todo eso? En algún lugar... todo queda en algún lugar, hasta que se olvida.
Señor González
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