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España España · Valladolid
Voto de Alberto Monje:
9
Drama Sandra dispone sólo de un fin de semana para ir a ver a sus colegas y convencerlos de que renuncien a su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su trabajo. Su marido la acompaña para apoyarla. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2014
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Los hermanos Dardenne no son nuevos en esto del cine, y mucho menos en el cine de carácter más social. En toda su filmografía encontramos ejemplos representativos de esto: personajes representando a personas normales y corrientes, con los mismos problemas que el espectador que pueda ver sus películas. Esta nueva cinta no es nada nuevo; Sandra, nuestra protagonista, es una trabajadora que tiene que convencer a sus compañeros de que renuncien a parte de su sueldo para que ella mantenga su trabajo. Por lo tanto, “Dos días, una noche” se presenta como una propuesta muy cercana a la realidad social del momento.

Sería muy fácil sacar conclusiones de carácter político con esta cinta, incluso dar discursos sobre los derechos de los trabajadores, el proletariado etc. Pero no consideramos que los directores belgas tuvieran esta intención a la hora de realizar el film. La intención de los mismos era contar una historia de un personaje que lo está pasando realmente mal y que, constantemente, se tiene que enfrentar a un dilema casi imposible de afrontar. Junto con Sandra el espectador se mete de lleno en la película y también se pone de cara al dilema, sufriendo cuando sufre ella, llorando cuando ella lo hace y también riendo.

El trabajo de Marion Cotillard es espectacular, se cree a su personaje y se crece con él. Su interpretación es simple, pero visceral. No hay que olvidar que todo el peso de la película lo mantiene ella sola y no cansa, es más, cada aparición suya es tan, cinematográficamente, deliciosa, que se le agradecen los 90 minutos que está en pantalla.

Los directores corrieron dos riesgos a la hora de contar esta historia: uno, caer en propaganda política totalmente innecesaria, lo cual, como hemos visto, no ha pasado y dos, conseguir una película monótona. Me explico: en la cinta el personaje de Cotillard debe convencer uno a uno a sus compañeros de trabajo, para ello les tiene que soltar, a los dieciséis, el mismo discurso. El espectador, mientras tanto, es testigo de primera mano de cada unos de estos “discursos”. Sin embargo, los directores, muy hábiles, han sabido desde la dirección y el guión dar a cada personaje, por poco que salga, una dimensión personal propia, que hace que esa monotonía que se podía haber creado, se transforme en un descubrimiento de un reparto coral de lo más rico y variopinto. Por lo tanto, los Dardenne realizan un estudio muy exhaustivo sobre el alma humana y todas sus variantes, en el que todos están desesperados por el dinero y, por lo tanto, no hay ni buenos, ni malos. Sandra y el espectador comprenden completamente tanto a los que apoyan a la protagonista como a los que no y, ni siquiera el público sabría dónde posicionarse.

“Dos días, una noche” es un film para descubrir. Sus fuertes interpretaciones y dirección nos emocionaron a todos en la inauguración de la 59 SEMINCI y, por lo cercano de la temática, seguro que emocionan al espectador, quien participará emocionalmente de ola cinta y amará, con todo su corazón, a la maravillosa Marion Cotillard.
Alberto Monje
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