Dos minutos realmente divertidos. El corto es tan simple como atractivo. Los colores, el sonido y la originalísima forma de preparar este imposible guacamole llaman tanto la atención que no puedes acabar de ver el corto sin quedarte con ganas de ver cómo se prepara cualquier otra cosa.

Más que un corto parece un anuncio, un spot publicitario largo, de esos que sigues recordando cuando ya dejan de emitirlo. Sí, formaría parte de ese pequeñísimo grupo de anuncios dignos de ser recordados.

Y este tiene la ventaja de que no te intenta vender nada.