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España España · barcelona
Voto de dovith:
10
Ciencia ficción. Acción Noviembre de 2019. A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron ... [+]
12 de marzo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los grandes logros de la película es esa representación pictórica de un futuro triste, oscuro, sucio, lluvioso, estresante, bullicioso, claustrofóbico. Un planeta Tierra con algunas zonas donde los niveles de contaminación y de radioactividad son tan elevados, que resultan prácticamente inhabitables, por eso todas las imágenes de la película tienen ese aspecto neblinoso. Un Los Angeles donde siempre es de noche, donde siempre está lloviendo (a veces incluso llueve dentro de los edificios), con suelos encharcados que reflejan las luces de neón y los carteles luminosos que cuelgan de las sucias y oscuras fachadas de los edificios, lleno de callejones con alcantarillas humeantes, repleto de grasientas tiendas de comida china (parece que en el futuro sólo se comen noodles). Un futuro donde los orientales (chinos, japoneses...) están por todas partes, dominan el mundo. Un futuro antiutópico con una estética totalmente asiática y recargada, con grandes pantallas luminosas con imágenes de mujeres vestidas de geisha.

Pinta un tenebroso cuadro futurista a través de la fotografía, los encuadres, los decorados, los efectos especiales, la iluminación, la hermosa partitura de la música de Vangelis...Todo cuidadosamente mezclado para crear una atmósfera muy concreta, desoladora, pero inexplicablemente bella, de una gran estimulación visual. Scott nos mostró un futuro como ninguna otra película nos lo había mostrado antes, uno que resultaba terroríficamente creíble. Su estética ha influído en muchísmas producciones futurísticas posteriores como "12 Monos", "The Matrix" o la más reciente "Elysium". Además siempre resulta interesante ver cómo se imaginaban el futuro hace unos años. En esta visión que se tenía en 1982 de cómo sería la vida y la tecnología de aquí 5 años, había coches voladores, pero no tenían móviles, ni internet, ni pantallas planas...

Otro aspecto súper interesante de la película es su estética cyberpunk, que se ve reflejada especialmente en el vestuario y el look de los personajes protagonistas, especialmente el de los replicantes. Así tenemos al malo malísmo de la función, Roy Batty, interpretado por un oxigenadísimo Rutger Hauer; a Pris, una enigmática replicante con habilidades gimnásticas, interpretada por Daryl Hannah, que dos años más tarde se redimiría intepretando a una sirena simpática de cola naranja en "Un, dos, tres... Splash", con su peluca crespada a lo Pumuky, ese rostro blanquecino a lo vampiro y ese uso excesivo de sombra de ojos, que le dan un aire enfermizo y siniestro; Zhora, intepretada por Joanna Cassidy, bailarina en un club nocturno, impagable verla casi desnuda con perlas pegadas a su cuerpo y una pitón enrollada en el cuelo a lo Salma Hayek en "Abierto hasta el amanecer". Y, finalmente, tenemos a Rachel, esa replicante que no sabe ni ella misma que es un androide y que cae rendida ante la media sonrisilla de malote de Deckard. Los abrigos de Rachel durante toda la película, sus recogidos, su curiosa manera de pintarse los labios, sus gigantescas hombreras (recordemos que aunque simulen estar en el 2019, la película fue realizada en los 80' y en esos años las hombreras eran lo más de los más y probablemente se pensaba que esa moda no pasaría nunca...). Este personaje se benefició de la extravagante belleza de la, en aquel entonces, desconocida actriz Sean Young.

Muchos son los decorados de la película que demuestran que la dirección artística estaba cuidada al milímetro. La película saca un fantástico partido del maravilloso edificio Bradbury de Los Angeles (edificio que ha sido utilizado para una sinfín de producciones cinematográficas y que aún se sigue usando), lugar donde representa que vive J.F. Sebastian, un antiguo trabajador de la Tyrell Corporation al que visitan los replicantes para ver si él puede alargarles la vida. Sebastian vive en una especie de "casa de muñecas" rodeado de sus "juguetitos". Esa es una de mis localizaciones favoritas de la película, porque tiene un toque rococó, muy recargado, con grandes candelabros llenos de velas, maniquíes calvas... Su composición parece talmente la de un cuadro de la Francia del siglo XVIII.

Como todo buen clásisco que se precie, la película no fue aclamada por el público ni por la crítica instantáneamente, necesitó algunos años para que se le otorgara la etiqueta de película de culto que tiene hoy en día. Al principio de los ochenta, la gente quería ver películas felices, familiares, optimistas..., "Blade Runner" era lo opuesto a todo esto y ese mismo año tenía que competir en cartelera con una producción de Steven Spielberg que tenía todos esos ingredientes, estoy hablando de "E.T., el extraterrestre". El público no quería ver una película a lo film noir, con una estética oscura y cyberpunk y un tono existencialista.

Pero la película se benefició de la aparición de un nuevo formato, el vídeo, que permitía ver la película una y otro vez, analizarla, apretar pause para poder observar la calidad y los detalles de muchas de sus imágenes, rebobinar para volver a fijarse en cosas de las que no nos hemos percatado en un primer visionado. Así poco a poco se fueron creando unos minoritarios pero muy potentes grupos de fans que reivindicaban la película, que teorizaban sobre múltiples hipótesis de aspectos que quedan abiertos de la trama, planteaban temas posibles que, aunque no estuvieran en la película, enriquecían toda la mitología que se estaba creando poco a poco alrededor de ella. Se siguió hablando de la película mucho después de su estreno en cine y eso la mantuvo viva y la convirtió en el fenómeno que es hoy en día.

Blade Runner es de esas películas que cada vez que la ves, descubres un detalle nuevo. Una poderosa obra cargada de una elegancia formal y estética que la convierten en algo único, clásico, bello, cine en estado puro. Muchos la han llamado el "Casablanca" de la ciencia ficción.
dovith
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