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España España · barcelona
Voto de dovith:
7
Serie de TV. Thriller. Drama Serie de TV (2013-2018). 6 temporadas. 75 episodios. Drama de época cuyos protagonistas son un matrimonio de espías del KGB que, en los años 80, viven cerca de Washington DC y se hacen pasar por estadounidenses. Phillip y Elizabeth Jennings tienen dos hijos que no saben nada sobre la verdadera identidad de sus padres. Tendrán que afrontar situaciones muy difícles debido al recrudecimiento de la Guerra Fría durante la presidencia de ... [+]
24 de febrero de 2014
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Regresamos a los 80', concretamente a EEUU durante la era Reagan y la de la Guerra Fría. La serie tiene dos interesantes tramas que se van intercalando. Por un lado, las misiones de dos oficiales soviéticos de la KGB, que resulta que son matrimonio. Y, por otro lado, su vida conyugal y cómo pueden compaginar ambas cosas para llevar una vida "normal".

Al parecer, Weisberg se quedó fascinado por las historias que escuchó de algunos agentes que trabajaron junto a él, los cuales habían ejercido como espías durante la Guerra Fría y sobre todo por cómo tenían que arreglárselas para compaginar eso con su vida familiar. De ahí surgió la idea de crear una serie de televisión basándose en esta premisa. Además es cierto que actualmente había un hueco en la apretada parrilla televisiva para una serie de espionaje y además ambientada en los años 80', menos explotados televisivamente. Básicamente, la serie gira entorno al matrimonio Jennings (Philip y Elizabeth), dos agentes de la KGB que se hacen pasar por un matrimonio de estadounidense mientras realizan operaciones encubiertas para su patria llevando a cabo misiones totalmente TOP SECRET.

La serie tiene muchos aspectos interesantes. Para empezar resulta súper entrañable ver la tecnología retro que usaban estos espías de los años ochenta, con sus grabadoras de carrete, sus primitivos micrófonos ocultos y sus radios de onda corta con las que, como por arte de magia, recibían órdenes a través del código Morse. Nada de microchips, ni teléfonos móviles, ni internet; a Jack Bauer se lo hubieran cargado en el primer episodio con una tecnología tan rudimientaria... Otro elemento que me encanta, por su toque retro-kitsch, son las pelucas, éstas para nada tienen el nivel de sofisticación que llegaron a tener las de Sydney Bristow en "Alias", no... aquí son auténticas piezas de museo. Sus disfraces y sus pelucas crepadas son horribles, pero, una vez más, tenemos que recordar que nos encontramos en los años ochenta, por lo que todo esto está totalmente justificado. Aunque tengo que decir que yo me encuentro a alguien con una de las pelucas que lucen Rhys o Russell en la serie e inmediatamente llamo a la CIA, a la poli o a quien haga falta...

Otro elemento interesante es el hecho de abordar un período más o menos virgen en el territorio televisivo como es la Guerra Fría, esa época de inestabilidad total, en la que nunca llegó a haber propiamente una guerra, pero sí una tensión mundial en el ambiente, que podía cortarse con un cuchillo. Un período que se caracterizó por bombas nucleares almacenadas, que afortunadamente no llegaron a estallar y sleeper agents soviéticos, es decir, agentes espías que llevaban una vida "normal", pero que vivían con el temor de que sus actos pudieran llegar a desencadenar una guerra nuclear. De esta manera, la serie intercala momentos de ficción con hechos históricos reales que sucedieron durante el mencionado período.

La historia de amor entre Philip y Elizabeth es otro aspecto muy sugerente de la serie. Se trata de un matrimonio concertado, en el que además cometer adulterio forma parte de las obligaciones laborales de su día a día como espías encubiertos, pero aún así han conseguido establecer unos vínculos afectivos entre ellos mucho más estrechos que los de algunas parejas que se hayan unido en matrimonio totalmente enamorados. Quizás la intensidad de sus vidas, siempre al límite, que siempre incluyen decisiones de vida o muerte, han hecho que se forje un matrimonio mucho más sólido de lo normal. Han hecho ver durante tanto tiempo que son un matrimonio normal, fingiendo que se quieren, incluso teniendo hijos, que han conseguido serlo. Resulta interesante cómo una familia postiza termina siendo incluso más real que una familia de verdad. También hay que decir que la fórmula química entre Rhys y Russell tiene las cantidades exactas. De hecho, este matrimonio es uno de los motivos principales por los que ver la serie: todos sabemos cómo termina la Guerra Fría, pero nadie sabe cómo terminará esta pareja... Una vez más, como viene siendo costumbre en las series recientes, nos encontramos ante dos personajes con los que empatizamos a pesar de tratarse de un par de antihéroes, que hacen cosas terribles y moralmente cuestionables para proteger sus ideales. Los espías nos son presentados como un grupo de gente buena que se ve obligada a mentir todo el tiempo e icluso a cometer actos condenables.

Otro logro ha sido situar esta "idílica familia postiza" como vecinos de otra familia, cuyo patriarca es un agente de la FBI en activo (Stan Beeman interpretado por Noah Emmerich). El hecho de establecer al enemigo en la casa de al lado ha dado lugar a situaciones emocionantes. Nos pasamos la serie temiendo que la tapadera de los Jennings pueda ser desmantelada por Stan en cualquier momento. Y obviamente están los hijos de los Jennings, especialmente su hija adolescente (Paige), que al final de la temporada comienza a sospechar sobre la verdadera identidad de sus progenitores.

En mi opinión, la serie también tiene algunos aspectos que, como mínimo en la primera temporada, no terminan de funcionar. A veces, como también sucedía en "Alias" las misiones de los protagonistas son confusas, incluso incomprensibles o una mera excusa para ver cómo se van desarrollando las relaciones entre los distintos personajes. Algunos flashbacks sí que sirven para que entendamos aspectos del comportamiento de los personajes protagonistas o elementos importantes de su pasado que pueden ayudarnos a entender los motivos por los que están actuando como están actuando, pero otras veces parecen meros rellenos, que no aportan demasiado a la trama y que lo único que hacen es alargar la serie para que pueda tener los 13 episodios de rigor. Aún así, creo que estos aspectos pueden pulirse en su segunda temporada, ahora que ya han asentado el tono que quieren que tenga la serie y ahora que sus personajes protagonistas ya han sido presentados.
dovith
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