A ser posible, claro está. Estas siempre ganan con poca luz, así que no seáis tan gilipollas como servidor y seguid la recomendación, que no cuesta nada.

El director demuestra definitivamente, además de un buen pulso para el suspense, tener personalidad y carácter al reutilizar elementos y planos similares de su anterior y brutal "¿Qué fue de baby Jane?" en los momentos precisos. El ritmo lento de la primera mitad, sin hacerse pesado, se dispara en la segunda. Ídem para los momentos de tensión, que hay unos cuantos, gracias principalmente al buen uso de la música y a sus tintes fantasmagóricos, que personalmente me encantan y aún más en blanco y negro.

Su problema, digo, es que no cala excesivamente a fondo y a ratos no termina de convencerme. Pero por el llevadero planteamiento de la historia, su tono tétrico, su aire a Hitchcock, el dúo Davis-Havilland y los giros de sus papeles, un 6 muy alto.