Dark waters está dirigida por Todd Haynes, quien se pone tras las cámaras para narrar la vida del abogado Robert Bilott. Dedicado en cuerpo y alma a representar a las químicas, la llamada de un granjeros amigo de su abuela (Bill Camp) hace que su vida cambie radicalmente. Las vacas se mueren, sus órganos crecen, se vuelven ciegas e incluso violentas. Cerca de su granja la industria química de DuPont gana auténticas millonadas con la creación del Teflón, que se destinó a todo tipo de objetos cuotidianos, como por ejemplo la sartén. Pues era venenoso y, queriendo, lo comercializaron.

Sucedió que la mayor parte de los ciudadanos de aquella zona, Virginia occidental, morían de cáncer o de largas enfermedades que después se asociaron a las sustancias tóxicas con las que trabajaban, respiraban e incluso cocinaban. Robert Bilott (Mark Ruffalo), emprende una batalla titánica, que a día de hoy continúa luchando todavía, contra DuPont. Es una película bien narrada, quizás algo lenta, pero de alguna manera nos atrapa y nos enerva a partes iguales. Es lamentable que jueguen con la salud de millones de personas con tal de llenarse los bolsillos, demoledoras las reflexiones que nos deja.

En definitiva, es una película basada en una historia real que es necesaria en estos tiempos. Una interpretación contenida e interesante por parte de Mark Ruffalo, que nos deja claro que respiramos aire contaminado, utilizamos productos que a la larga nos provocan cáncer y un sinfín de cosas que todavía no conocemos. Robert Bilott es un héroe y esta película ha de servir para concienciarnos. No os la podéis perder.