Es cierto que manipula, que juega con los sentimientos, pero ni mucho menos es complaciente; se trata en realidad de una exposición, casi de una radiografía minuciosa y trabajosamente elaborada de la jungla de asfalto, de la selva de neón. No deja indiferente. Más que bienvenida, inteligente; un relato hondo, honesto, lúcido y potente. En un principio pueden parecer triviales los temas de que trata, pero en el fondo uno se da cuenta de que el film respira, quizás entrecortadamente, pero no deja ninguna duda de que es tremendamente humano.
Paul Haggis realiza un ejercicio deslumbrante de geometría y originalidad en el guión, y luego las historias cruzadas construyen un puzle preciso realizado por un montador que ya quisieran algunos.
Conmovedora con altibajos. Desgraciadamente peca de algunos momentos demasiado convencinales y algún tópico chirriante que contrasta, pero que no llegan ha ahogar el resto de la pelicula, con todo el metraje restante que goza de una originalidad y una inteligencia desbordantes. En definitiva, se trata de una grandísima película, de una narración coral trágica, sorprendente desde el primer minuto y desesperanzadora. Una recomendación férreamente segura y, como dijo alguien alguna vez, "digna de ver y recordar". Por las irregularidades, no tan nimias por otra parte, le doy un nueve.