“El principiante” no es una gran película, ni tan siquiera podría decir de ella que es buena o interesante. Así pues, con un suficiente raspado creo que tiene de sobra y me parece que incluso soy generoso dándole esa puntuación. Clint Eastwood dirige un filme que denota claramente desde el comienzo que es un producto del montón, una de tantas películas de acción de aquella época que estaban destinadas únicamente a hacer caja o a ser los ingresos que pagaran futuros proyectos.

De entrada tenemos un guión con el topicazo del policía duro y curtido en mil batallas que se pasa por el forro de los huevos los métodos legales con tal de detener a los delincuentes, y el policía novato que está bastante “verde”, pero que pronto se empapa del modus operandis de su compañero para convertirse en un policía rudo también. Por supuesto al principio no se llevarán bien, pero luego irán conectando poco a poco hasta que finalmente sean uña y carne. Este no es el único tópico de la cinta, todo el metraje viene aderezado con los típicos insultos, frases chulescas de los tipos duros, violencia a mansalva, persecuciones, tiroteos y demás cuestiones. Además, lo hacen todo de forma tan exagerada que incluso algunas veces resulta algo absurdo (creedme cuando os digo que yo todavía tengo mis dudas sobre si esto es solamente una cinta de acción o una parodia de las cintas de acción de la época).

¿Qué tenemos de bueno en este filme? Pues lo principal es el personaje al que da vida Clint Eastwood. Es una copia descarada de “Harry el sucio”, pero oye, qué quieres que te diga, la verdad es que mola ver a ese cabrón con su vocabulario barriobajero y su pistolón en mano dándole caña a los malos. Está claro que es un personaje para nada original, pero lo cierto es que Clint Eastwood interpreta a ese policía fascistoide como nadie, vamos. Y también tenemos un par de escenas sumamente buenas, pero de las buenas de verdad. Me refiero a la segunda vez que Charlie Sheen entra en el bar con los cables cruzados, y a la huida en coche, pasada por fuego, del garaje.

En conclusión, “El principiante” es un filme que entretiene, que tiene sus dosis de acción, violencia y humor negro clásicas del género. Quizás dura un poco más de la cuenta dado la poca chicha que tiene la historia, pero a pesar de esto y de todas las pegas que anteriormente he descrito, tengo que reconocer que se deja ver en su totalidad sin ningún problema.