Amor propio es una rareza de thiller a la española. El director de una sucursal bancaria, después de cometer un desfalco de centenares de millones de pesetas, desaparece en extrañas circunstancias. Solo su esposa logrará esclarecer su desaparición.
La película es interesante, sin llegar nunca a enganchar verdaderamente al espectador y en algunas fases de la cinta, incluso resulta aburrida. Los personajes están mal definidos, ya que parecen un grupo de aficionados que mal interpretan sus papeles. Todo este desaguisado solo es fruto de un guión nefasto, con bastantes lagunas y que hace agua por todas partes. La cinta solo tiene un protagonista absoluto, una correcta Verónica Forqué. En cuanto a Resines, totalmente desaprovechado.
Como de costumbre en las películas españolas, el sonido es deplorable.
Conclusión: Una rareza pasable para dos horas muertas.