Es de las peores películas que he visto. Me puse a verla porque leí por ahí una crítica algo pedante que la ponía por las nubes y decía que a la muchacha del primer cuento la forzaban a hacer una felación mientras se le explicaba el mecanismo de las mareas. El morbo me pudo. Pero me decepcionó mucho: no había nada de química entre los personajes -realmente daba la impresión de que cada actor interpretaba su papel por separado, vaya- y encima el tío (feo y con una insoportable cara de pan) parecía un ridículo dando órdenes y hablando como un pedante (¡por dios, que tiene sólo veinte años!, ¿qué se cree ese tío?, y encima putero empedernido, no entiendo cómo la joven no le potó encima de puro asco).

Fue una gran decepción, pero pensé: "¡Aún quedan tres!", y allá que fui a verlas todas. PLOF. La segunda era peor aún que la primera. Y como comprobaría al final del visionado, era la más floja y mala de las cuatro. Dios. Una doncella, con toda la pinta de ser retrasada mental, se masturba con unos pepinos mientras piensa en Jesús/Dios/loquesea. El acto sexual es de lo más patético y ridículo que te puedas echar a la cara. Ni siquiera te lo crees, es de risa.

Estaba a punto de desistir de mi empeño en verla íntegra, pero si ya había llegado a la mitad, es que había perdido el tiempo suficiente como para creer que ya daba igual un minuto más, un minuto menos. Así que seguí viéndola. Llegué al tercer cuento: iba de una condesa (o algo así) que se bañaba en sangre de vírgenes. Ese es, a mi parecer, el mejor de todos. Bueno, el único bueno, en realidad. De éste, destaco la escena en que las jovencillas totalmente desnudas se arrojan sobre la condesa, despojándola casi violentamente de ropa. Me pareció el momento más erótico de la película. Pero la acción es taaaaaan lenta, y apenas hay diálogos... que es también insufrible. En fin. Por cierto, que considero que, para esta época tan paranoica y a la vez tan liberal que estamos atravesando hoy en día, ese cuento sería el más inmoral de los cuatro, por el mero hecho de presentar casi en primer plano la vulva de un bebé de pocos meses de edad.

Y al final llegamos al cuarto... algo de Lucrecia Borgia, falos equinos y papas salidorros... No recuerdo casi nada de la trama. Creo que simplemente follaban y se reían, no sé. Y, sinceramente, me la pela. Fue un tremendo alivio ver que por fin aparecían los créditos, joder.

En fin, mi conclusión es que el cine francés es de lo peorcito que hay en la filmografía mundial. No merece la pena verla, a menos que seáis unos pedantes insoportables o unos chiquillos descubriendo la sexualidad (no dudo de que esa película se habrá quedado grabada en la memoria de algún que otro hombre, dada la enorme cantidad de desnudos femeninos y sus correspondientes zooms detallistas).