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Voto de AGalicianInIreland:
9
Comedia Son los años 40, la era dorada de la radio, y los peculiares miembros de una familia trabajadora de Nueva York viven con el receptor permanentemente encendido. La música, los seriales lacrimógenos, las historias de superhéroes, los concursos, las crónicas de la alta sociedad y las leyendas sobre estrellas deportivas les sirven para ser un poco menos infelices y engarzan un anecdotario nostálgico de una época irrepetible. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Días de radio es una de las películas más personales de Woody Allen, donde el pequeño genio neoyorkino da rienda suelta a su pasión por la radio evocando los tiempos dulces de su infancia en un film que podemos calificar casi de autobiográfico. El resultado es notable y acaba por ser una de las mejores películas de Woody Allen.

La película, ante todo es una narración donde Woody Allen recrea un mundo con añoranza. Un mundo – el Brooklyn de los años 40 – que podríamos ya comparar al Macondo de García Márquez, y donde el cineasta se explaya a gusto en una historia que bien podría ser la continuación de la infancia del Alvy de Annie Hall que se nos muestra al principio de esa película.

Narrada con nostalgia, Días de Radio nos proporciona sonrisas comprensivas con el artista; comprensivas porque en el fondo todos en algún momento de nuestra vida extrañamos la infancia e incluso pagaríamos por volver a ella. Los genios no escapan a emociones, y Woody Allen se quita así su espinita particular en forma de película grandiosa.

Pero lo mejor de todo es lo que el maestro crea y consigue: llega al punto de que el espectador sienta esa nostalgia del autor ante una época que desconoce, que no ha vivido. Y todo basándose en la pequeña historia de una familia judía y trabajadora de Brooklyn que vive en ese mundo tan extraño que ahora nos parece, en el que no había Facebook y la conexión de Japón con América no era otra que la radio. Un instrumento que nunca morirá y que en dicha época reunía a familias enteras ante el transmisor para escuchar atentamente las desconocidas e increíbles historias que allí se contaban.

Todo esta combinación consigue que el espectador sienta un regusto personal dulce ante el transcurso de los acontecimientos, donde destaca la narración de la voz en off en sí misma, por encima de las interpretaciones no menos destacables de Mia Farrow o Dianne West.

En definitiva, buenas interpretaciones, genial narración alleliana y una inmejorable banda sonora compuesta por selectas piezas de Harry James, Benny Goodman, Glenn Miller o el mismo Frank Sinatra. Muy buena.
AGalicianInIreland
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