Lo primero que tengo que aclarar es que no me he leído la novela de Richard Adams, pero me la acabaré leyendo. Tanto esta película como la serie que estrenó Netflix en 2018 me parecen maravillosas. Son dos obras que van muy justitas a nivel técnico, sobre todo la serie, pero la trama, aunque es muy sencilla, es increíblemente adictiva.

La historia comienza con una pequeña introducción creacionista sobre los conejos que, la verdad, está bastante más currada y tiene mucho más sentido que la de Adán y Eva. Si no me equivoco, Richard Adams llega incluso a inventarse un idioma propio de los conejos, desconozco si tan elaborado como otros frikis del gremio.

A partir de ahí nos presentan a los personajes, que tienen un carisma brutal. Es imposible no estar a tope con Fiver, Hazel y por supuesto con Bigwig (Pelucón). Hay que tener en cuenta que son conejos haciendo cosas de conejos, que básicamente son comer y no ser cazados. Una vez presentados, un pequeño grupo de conejos rebeldes se irán a buscar un lugar mejor donde vivir. Así de simple, pero algo tan sencillo se transforma en una aventura épica al estilo 'Lord of the ring'. Además de ser muy entretenida, tiene un final muy bonito. Pero insisto, todo esto desde la total sencillez.

A nivel técnico esta película no es para tirar cohetes, pero cumple. En ocasiones las animaciones son demasiado toscas, pero se ve cubierto por el apartado artístico. La estética y los diseños se mueven entre lo bonito y emotivo, con un estilo en ocasiones infantil, y en otras ocasiones entre lo oscuro y desagradable. Logran que llegues a tener ese sentimiento de vulnerabilidad y que empatices con este grupo de héroes conejiles. En las situaciones más desagradables no se cortan en mostrarte la violencia hacia estos animales de una forma explícita. ¡Ojo! La recordaba más desagradable. Realmente no sale nada muy gore, pero en determinados momentos los protagonistas pasan por situaciones por las que pasan millones de conejos todos los días y, visto desde su punto de vista, no es agradable. Evidentemente no es una peli para niños muy pequeños. Yo la vi con 10 años, más o menos, y aun así me dejó un poco tocado. Pero, claro, eran otros tiempos.

Me hace mucha gracia el lío de títulos que se traen, como con otras muchas películas. Tanto la novela como la película, su título original es 'Watership Down' que supongo que será el nombre de la zona en la que se desarrolla la historia. Pues bien, para buscar la película en español de España la tienes que buscar como orejas largas. Como siempre, un título en inglés que se pasan por el forro. Lo gracioso llega cuando en los créditos te pone el título original con el nombre del autor incluido, en la versión que vi me saltaron unos subtítulos en los que se podía leer 'orejas largas', mientras una voz en off la llama 'Hazel: El príncipe de los conejos', este último en castellano neutro, supongo. No aporta nada a la peli, pero me pareció curioso.

En resumen, 'Watership Down, Orejas largas, Hazel: el príncipe de los conejos' es una película muy recomendable. Para mí incluso imprescindible. En cualquier caso, si hay niños tened mucho ojo con la edad, porque esta película ya tuvo problemas con esto en su época. A día de hoy los niños han visto cosas peores seguro, pero esta peli no es un agradable paseo para los más pequeños.

- ¿Por qué nos odian los humanos?
- No nos odian, solo estábamos en su camino.