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Voto de George Michael Bluth:
2
6,1
18.714
Thriller. Intriga
En una fría noche cerrada de invierno, en mitad de una carretera despoblada, un furgón policial blindado es asaltado durante un traslado de presos. Alguien busca a alguien de su interior. Martín, el policía conductor del furgón, consigue atrincherarse dentro del cubículo blindado con los reclusos. Obligado a entenderse con sus enemigos naturales, Martín tratará de sobrevivir y cumplir con su deber en una larga noche de pesadilla en el ... [+]
29 de enero de 2021
49 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ultimamente tengo la sensación de que se está produciendo contenido que en otra época no habría pasado un filtro mínimo. Estas películas elevan el cine de sobremesa de Antena 3 a cine de autor. Y que me perdonen los involucrados en la película, pero si ellos no le ponen ganas, por favor, que no pidan que nosotros como público sigamos tragando cualquier cosa sin rechistar.
Esta crítica directamente es un spoiler, así que... Salvo apuntar que por fin tenía un hueco después del trabajo para poder sentarme a ver una peli, con la máxima predisposición a caer anestesiado ante la primera propuesta que se me pasara por delante y con cualquier espíritu crítico bajo cero (¿lo pillan?) atenuado por una pizza congelada y un refresco, solo pedía no tener que pensar pero claro...
Esta crítica directamente es un spoiler, así que... Salvo apuntar que por fin tenía un hueco después del trabajo para poder sentarme a ver una peli, con la máxima predisposición a caer anestesiado ante la primera propuesta que se me pasara por delante y con cualquier espíritu crítico bajo cero (¿lo pillan?) atenuado por una pizza congelada y un refresco, solo pedía no tener que pensar pero claro...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Empezaré por el final así nos ahorramos medias tintas. Esta es una película que fantasea indoloramente con el caso de Diana Quer y su asesino confeso: El Chicle. Por otra parte especula morbosamente con esta relación e igualmente se salpica un poco con el ideario del cuerpo sin encontrar de Marta del Castillo, añadiendo un par de escenas gore sin venir a cuento de absolutamente nada, proporcionando más una nota de whatdafakismo que de epatar al espectador o convencerle de la propuesta.
Es como una ucronía basada en la historia de esta pobre chica, puesta en escena de manera torticera y escabrosa pero sobre todo carente de cojones y explicado todo ello por un plot twist final que llega cuando ya no te importa una mierda nada y que de algún modo hace que termines odiando al protagonista, que entre otras cosas es GILIPOLLAS.
¡Pero ojo! no gilipollas Michael Scott a lo risas ajenas, ¿ok?, es del tipo de gilipollas que si fuera compañero de trabajo le habrías metido ya dos o tres mecos por gilipollas. El protagonista es gilipollas porque es GILIPOLLAS y ya, y va por ahí con un palo metido en el culo, su única motivación aparente; y sigue las reglas un poco según le dé la ventolera. La construcción del personajes es como de Auditorio Municipal de provincias que se proyecta en tantos millones y al final del proyecto entre las mordidas y los abaratamientos de materiales, en vez de entregar al pueblo un auditorio municipal para que venga Julito iglesias a hacerse la foto con los concejales de turno, con suerte termina siendo un parque con columpios y un pipicán. El protagonista lo mismo te cambia una rueda bajo la lluvia sin chaleco antireflectante, que se pone mohino con un compañero porque se ha encarado con un preso que le he llamado gilipollas. Eso y que antes le pega dos tiros a un hombre que le está rogando por saber el paradero del cuerpo de su hija que a un cani proto mdlr (que por cierto el chaval recién salido de esta otra serie en la que hacía el mismo papel pero sin tatuajes) cuando una escena antes ha dejado escapar a un ladrón bonachón que de buen gusto le habría dado matarile a nuestro protagonista unas tantas otras escenas atrás.
No sé muy bien qué quieren contarnos del personaje cuando su alineamiento moral varía en función de un guión que basa toda su tensión en un fallo de guión bastante lamentable.
Toda la tensión de la película se aguanta en si te crees que digamos Miguel, el padre de la niña, sabe o no sabe que el policía que se ha bajado del furgón con LAS PUTAS LLAVES DEL PUTO FURGÓN y al que ha visto bajar del furgón con las llaves, al que le ha metido 3 tiros con un rifle de francotirador, mientras bajaba del furgón, sabe de estas llaves o no. Y tu dirás, pero oye, no te pongas tiquismiquis... Y yo te diré no, si yo no me pongo tiquismiquis, es que Miguel a parte de planear un asalto al furgón, matar a 3 agentes a tiros, es ex-policía y tiene pinta de saber un poco quién tiene o no tiene llaves del furgón. Luego está en que no tengas muy claro si quiere averiguar dónde está su hija, o si quiere matar al chaval, porque por una parte, quema 2 celdas a lo loco sin que sepamos muy bien si sabe o no sabe dónde está el chaval, y por otra luego tira el furgón a un lago, y luego se lía a pegarle escopetazos al chaval como si estuviera cazando ciervos en Sierra Morena (gracias a Dios, es manco y su puntería solo funciona si el guión lo requiere).
A mi lo que me sorprende son estas medias tintas y falta de cojones para querer hacer una película del caso de Diana Quer frontalmente y en vez de eso recurrir a esta especie de película de venganza, donde el que se quiere vengar aparece como el antagonista, al que por algún motivo extraño se le pinza la cabeza, y elucubra un plan estúpido para hacer hablar a uno de los captores y asesinos de su hija y se convierte en un malo con una motivación mucho más clara sólida y convincente que la del protagonista, que parece ser tocar los cojones a sus compañeros de trabajo.
Es como una ucronía basada en la historia de esta pobre chica, puesta en escena de manera torticera y escabrosa pero sobre todo carente de cojones y explicado todo ello por un plot twist final que llega cuando ya no te importa una mierda nada y que de algún modo hace que termines odiando al protagonista, que entre otras cosas es GILIPOLLAS.
¡Pero ojo! no gilipollas Michael Scott a lo risas ajenas, ¿ok?, es del tipo de gilipollas que si fuera compañero de trabajo le habrías metido ya dos o tres mecos por gilipollas. El protagonista es gilipollas porque es GILIPOLLAS y ya, y va por ahí con un palo metido en el culo, su única motivación aparente; y sigue las reglas un poco según le dé la ventolera. La construcción del personajes es como de Auditorio Municipal de provincias que se proyecta en tantos millones y al final del proyecto entre las mordidas y los abaratamientos de materiales, en vez de entregar al pueblo un auditorio municipal para que venga Julito iglesias a hacerse la foto con los concejales de turno, con suerte termina siendo un parque con columpios y un pipicán. El protagonista lo mismo te cambia una rueda bajo la lluvia sin chaleco antireflectante, que se pone mohino con un compañero porque se ha encarado con un preso que le he llamado gilipollas. Eso y que antes le pega dos tiros a un hombre que le está rogando por saber el paradero del cuerpo de su hija que a un cani proto mdlr (que por cierto el chaval recién salido de esta otra serie en la que hacía el mismo papel pero sin tatuajes) cuando una escena antes ha dejado escapar a un ladrón bonachón que de buen gusto le habría dado matarile a nuestro protagonista unas tantas otras escenas atrás.
No sé muy bien qué quieren contarnos del personaje cuando su alineamiento moral varía en función de un guión que basa toda su tensión en un fallo de guión bastante lamentable.
Toda la tensión de la película se aguanta en si te crees que digamos Miguel, el padre de la niña, sabe o no sabe que el policía que se ha bajado del furgón con LAS PUTAS LLAVES DEL PUTO FURGÓN y al que ha visto bajar del furgón con las llaves, al que le ha metido 3 tiros con un rifle de francotirador, mientras bajaba del furgón, sabe de estas llaves o no. Y tu dirás, pero oye, no te pongas tiquismiquis... Y yo te diré no, si yo no me pongo tiquismiquis, es que Miguel a parte de planear un asalto al furgón, matar a 3 agentes a tiros, es ex-policía y tiene pinta de saber un poco quién tiene o no tiene llaves del furgón. Luego está en que no tengas muy claro si quiere averiguar dónde está su hija, o si quiere matar al chaval, porque por una parte, quema 2 celdas a lo loco sin que sepamos muy bien si sabe o no sabe dónde está el chaval, y por otra luego tira el furgón a un lago, y luego se lía a pegarle escopetazos al chaval como si estuviera cazando ciervos en Sierra Morena (gracias a Dios, es manco y su puntería solo funciona si el guión lo requiere).
A mi lo que me sorprende son estas medias tintas y falta de cojones para querer hacer una película del caso de Diana Quer frontalmente y en vez de eso recurrir a esta especie de película de venganza, donde el que se quiere vengar aparece como el antagonista, al que por algún motivo extraño se le pinza la cabeza, y elucubra un plan estúpido para hacer hablar a uno de los captores y asesinos de su hija y se convierte en un malo con una motivación mucho más clara sólida y convincente que la del protagonista, que parece ser tocar los cojones a sus compañeros de trabajo.