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Voto de Pedro:
9
6,0
40.189
Thriller
Madrid, principios del siglo XXI. Un día, el inspector de policía Santos Trinidad, volviendo a casa muy borracho, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría incriminarlo. Santos emprende una investigación destinada a localizar y a eliminar al testigo. Mientras tanto, la juez Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino ... [+]
27 de setiembre de 2011
141 de 158 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "No habrá paz para los malvados" queda por encima de todo para el cine español la escritura de un protagonista carismático -Santos Trinidad- y la interpretación del mismo desde las entrañas, dando toda la decadencia, valor, falta de escrúpulos, violencia y misterio tanto sobre su pasado como su presente que requiere el personaje, por parte de un José Coronado de lo más inspirado. Así, Santos respira porque respira Coronado, se emborracha porque se emborracha el actor, sufre o sangra porque el actor lo hace; hasta tal punto que lo extraño va a ser ahora ver a Coronado por la calle y no insistir en invitarle a un cubata, aunque eso sí, echando un ojo a su costado por si a las primeras de cambio descubre quién eres y saca una pistola para pegarte un tiro...
Es así la dirección de actores y el consiguiente trabajo de los intérpretes el primer aliciente del filme. Por supuesto el del absoluto protagonista principalmente, pero sin desmerecer para nada un reparto que echa los restos; donde los papeles del policía Leiva y la jueza Chacón son el complemento necesario de Santos, siendo momentos álgidos la dos escenas en que comparten plano los tres.
Con un arranque potente y un desarrollo en el que la intriga y la tensión propias del thriller se desvelan como otro fuerte de este trabajo, la trama tiene una peculiaridad que quizás pueda desconcertar. Y es que en mi opinión, este rompecabezas donde algunas piezas están difusas, sugeridas acaso, permite encajarse formando distintas imágenes. Y según sea su forma final el sentido podría ser uno u otro, bailando como leitmotiv del protagonista desde la casualidad y la locura hasta la heroicidad o la venganza pasando por el deber (*ver spoiler).
Un desenlace pues abierto a diferentes lecturas, que quizás deja al espectador como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago, al mismo tiempo de haber asistido a un ejercicio de cine elaborado con contundencia y destreza.
"Pero los malvados son como el mar agitado,
que no puede calmarse, y cuyas olas arrojan fango y lodo.
No hay paz para los malvados -dice mi Dios-."
(Isaías, 57 : 20-21)
Es así la dirección de actores y el consiguiente trabajo de los intérpretes el primer aliciente del filme. Por supuesto el del absoluto protagonista principalmente, pero sin desmerecer para nada un reparto que echa los restos; donde los papeles del policía Leiva y la jueza Chacón son el complemento necesario de Santos, siendo momentos álgidos la dos escenas en que comparten plano los tres.
Con un arranque potente y un desarrollo en el que la intriga y la tensión propias del thriller se desvelan como otro fuerte de este trabajo, la trama tiene una peculiaridad que quizás pueda desconcertar. Y es que en mi opinión, este rompecabezas donde algunas piezas están difusas, sugeridas acaso, permite encajarse formando distintas imágenes. Y según sea su forma final el sentido podría ser uno u otro, bailando como leitmotiv del protagonista desde la casualidad y la locura hasta la heroicidad o la venganza pasando por el deber (*ver spoiler).
Un desenlace pues abierto a diferentes lecturas, que quizás deja al espectador como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago, al mismo tiempo de haber asistido a un ejercicio de cine elaborado con contundencia y destreza.
"Pero los malvados son como el mar agitado,
que no puede calmarse, y cuyas olas arrojan fango y lodo.
No hay paz para los malvados -dice mi Dios-."
(Isaías, 57 : 20-21)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
* Algunos posibles montajes de este rompecabezas.
1. El primer montaje parecería mostrar un encuentro casual en un local nocturno, donde Santos llega borracho y termina a tiros matando de las cuatro personas que allí se encontraban a tres y escapando uno. A partir de aquí, la obsesión de Santos es encubrir su crimen y para ello encontrar al que escapó y asesinarle también. Durante toda su peripecia por encontrarle se topa con una red terrorista que en realidad parece que le es ajena porque él va a lo suyo a por el tipo en cuestión, resultando el final en otro tiroteo donde en principio si mueren otros es porque estaban por allí también.
2. En otra lectura distinta, Santos al descubrir el pastel terrorista decidiría por su cuenta cual vengador heroico resolver la situación acabando con los malvados. Sólo al final, en su último suspiro, usa un teléfono móvil para dar cuenta a la policía de su paradero...
3. En otro posible montaje basado en el difuso pasado del personaje, quizás el primer encuentro no era casual y Santos fue allí sabiendo quiénes se encontraban en el garito en cuestión... No se volvió héroe vengador durante su peripecia, sino que ya lo era.
4. Y finalmente, y tal vez más interesante, también basado en algunos apuntes de su pasado -como aquel supuesto tiroteo en el que su compañero salió herido y donde se alude a una matanza de varios delincuentes-, resulta la posibilidad de que Santos no actúa ni por casualidad ni por venganza personal, sino por su deber, un deber que le está desquiciando y por el que necesita asistencia psicológica... El deber de alguien que no trabaja realmente al servicio de la ley en el puesto que parece, sino que trabaja para las cloacas del Estado: el asesinato extrajudicial de terroristas (terroristas y no simples traficantes de droga). En este sentido, resulta curioso el detalle de que si la policía llega a la escena del desenlace es por el teléfono móvil que vemos en la mano de Santos -él les llamó-. Pero cabría añadir que cuando llegan Leiva y Chacón quien ya está allí es el policía de la brigada antiterrorista... Con lo que no es descabellado deducir que Leiva le había llamado a él... Un personaje también ambiguo que bien pudiera haber estado al tanto de la labor extrajudicial de un Santos contratado para asesinar.
Quizás estas posibles lecturas sean un aliciente de ambigüedad medida y pretendida que da sabor a la historia rodeándola de cierto misterio, o quizás más que aliciente suponga para algunos un embrollo que debía haber quedado completado sin lagunas. Eso, claro, dependerá de cada espectador. Ustedes mismos.
1. El primer montaje parecería mostrar un encuentro casual en un local nocturno, donde Santos llega borracho y termina a tiros matando de las cuatro personas que allí se encontraban a tres y escapando uno. A partir de aquí, la obsesión de Santos es encubrir su crimen y para ello encontrar al que escapó y asesinarle también. Durante toda su peripecia por encontrarle se topa con una red terrorista que en realidad parece que le es ajena porque él va a lo suyo a por el tipo en cuestión, resultando el final en otro tiroteo donde en principio si mueren otros es porque estaban por allí también.
2. En otra lectura distinta, Santos al descubrir el pastel terrorista decidiría por su cuenta cual vengador heroico resolver la situación acabando con los malvados. Sólo al final, en su último suspiro, usa un teléfono móvil para dar cuenta a la policía de su paradero...
3. En otro posible montaje basado en el difuso pasado del personaje, quizás el primer encuentro no era casual y Santos fue allí sabiendo quiénes se encontraban en el garito en cuestión... No se volvió héroe vengador durante su peripecia, sino que ya lo era.
4. Y finalmente, y tal vez más interesante, también basado en algunos apuntes de su pasado -como aquel supuesto tiroteo en el que su compañero salió herido y donde se alude a una matanza de varios delincuentes-, resulta la posibilidad de que Santos no actúa ni por casualidad ni por venganza personal, sino por su deber, un deber que le está desquiciando y por el que necesita asistencia psicológica... El deber de alguien que no trabaja realmente al servicio de la ley en el puesto que parece, sino que trabaja para las cloacas del Estado: el asesinato extrajudicial de terroristas (terroristas y no simples traficantes de droga). En este sentido, resulta curioso el detalle de que si la policía llega a la escena del desenlace es por el teléfono móvil que vemos en la mano de Santos -él les llamó-. Pero cabría añadir que cuando llegan Leiva y Chacón quien ya está allí es el policía de la brigada antiterrorista... Con lo que no es descabellado deducir que Leiva le había llamado a él... Un personaje también ambiguo que bien pudiera haber estado al tanto de la labor extrajudicial de un Santos contratado para asesinar.
Quizás estas posibles lecturas sean un aliciente de ambigüedad medida y pretendida que da sabor a la historia rodeándola de cierto misterio, o quizás más que aliciente suponga para algunos un embrollo que debía haber quedado completado sin lagunas. Eso, claro, dependerá de cada espectador. Ustedes mismos.