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Voto de Kyrios:
6
Terror Herbert Blount aspira a reemplazar al director de una película para realizar su propia versión de la misma. Para ello planea someter a su protagonista a una terrorífica pesadilla que, según él, mejorará notablemente el realismo de su filme. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2021
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Es difícil dirigir actualmente una película que pueda ofrecer algo nuevo jugando con el los recursos metacinematográficos. Y sin embargo, Director's Cut (2015) de Adam Rifkin consigue presentarse como una película fresca, que amarán todos los seguidores de la serie B.

Lo cierto es que para los conocedores de la serie B más oculta, el nombre de Adam Rifkin no es del todo nuevo. Es uno de los directores que trabajó en los años noventa, dirigiendo películas que en Estados Unidos llegarían al estatus de culto en los círculos de videoclubs, como El maníaco invisible (1990) o Marty, el chepa (1991), películas mucho más desconocidas en España. Sin embargo, es evidente que Rifkin siempre se ha movido en este cine de género, al que dedica con pasión su cinematografía.

Posteriormente, la carrera del director se fue apagando y apenas destacó en cintas posteriores (pasando por subproductos con apenas presupuesto), sin embargo, con esta última película ha logrado su canto de cisne, en una película que sin duda tiene que ver con la propia trayectoria anterior del director y su amor hacía el cine de género, con una pátina que le ha dado su experiencia como director.

La película tiene múltiples lecturas y aborda diversas líneas narrativas. Es un juego metacinematográfico que tiene cierta frescura. Lo que estamos viendo es por una parte una película convencional de Thriller, al estilo "Seven". Sin embargo, nada más empezar el filme, la voz en off del personaje que interpreta el peculiar Penn Jillette nos cuenta que esta es su propia versión de la película, su montaje especial.

Así, tenemos por una parte las imágenes de la supuesta película, y por otra la voz en off del narrador, que nos contará muy sui generis, elementos propios del cine relacionados con las imágenes (como el significado del raccord, del croma o de cierto tipo de planos). Este sería uno de los juegos metacinematográficos de la película, pero no se queda ahí. Porque el narrador de la película acabará interviniendo en el rodaje del filme para completar su montaje de una manera especial.

A pesar de que uno pueda pensar en primera instancia que el juego meta está ya totalmente explorado y que no se puede aportar nada más, recomiendo dar una oportunidad a Director's Cut, porque sigue aportando ideas frescas.

Pero es una elección espectacular de casting. Sin duda, Penn Jillette y sus líneas de guion son media película. Primero, el personaje consigue hacerse un hueco con su personalidad, porque a pesar de ser un chalado de campeonato, consigue por una parte, interesarnos por los detalles que aporta sobre el cine, y por otra parte, nos hace interesarnos por la trama.

La peculiar voz del personaje es imprescindible en esta primera parte de la película donde lo que vemos es la película "falsa", adornada con los comentarios de Jilette. En la segunda parte, el personaje interviene de manera física y consigue ganarnos con su extravagante presencia. El humor físico funciona en los momentos en los que el actor suple mediante cromas el nuevo metraje que está rodando.

La película navega, como junto a la posmodernidad, por diversos géneros y tonos. De la comedia al thriller, consigue al mismo tiempo hacernos reír con los movimientos del personaje de Jilette y al mismo tiempo inquietarnos con con las calamidades que le provoca a Missi Pyle (que en parte en la película se interpreta a si misma).

Conclusión

Para los amantes de la serie B se trata de una película muy recomendable, tanto por la mirada nostálgica de un director consumado al cine de género, como por su aportación fresca sobre la narratividad metacinematográfica.
Kyrios
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