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Voto de Kyrios:
5
Ciencia ficción. Terror. Drama Tras experimentar en sí mismo una transferencia de materia, un científico observa cómo su cabeza y un brazo empiezan a modificarse. (FILMAFFINITY)
25 de diciembre de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando hablamos de la Mosca y el cine, normalmente nos viene a la cabeza la película que el canadiense David Croenenberg realizó maravillosamente en el año 1986, pero si rastreamos sus orígenes, nos topamos con otra mosca. La que el 1958 nos entregó Kurt Neumann, y que planteaba aparentemente un tema bastante similar (la conversión de un ser humano corriente en un monstruo animal). La película de Croenenberg se trata efectivamente de un remake de esta primera versión.

La mosca de 1958 es una de las muestras paradigmáticas de lo que era la ciencia ficción antes de que 2001: Odisea en el espacio (realizada por Kubrick el 1968) revolucionara el género. De hecho serviría perfectamente para dar una clase sobre el género y las situaciones arquetípicas que se producen en este tipo de films.

Como en muchas otras películas de ciencia ficción, la visión que se le da a la ciencia y al científico es siempre desde una óptica distante, fría y alarmante. Muchas de las películas de ciencia ficción de hecho son una radiografía del subconsciente colectivo del espectador medio norteamericano, podríamos decir incluso occidental, y su temor a los impactos científicos del momento. Recordemos que la mosca es una película del 1958, y la guerra fría estaba a punto de pasar a su fase más peliaguda (todos recordamos la crisis de los misiles de Cuba). Por este motivo en muchas ocasiones encontramos que el científico, en su intento de descubrir y demostrar sus experimentos (aunque como sea en el caso de la película sean por una buena causa) traspasará una línea de no retorno. Una especie de ofensa a Dios por tratar de equipararse a él en ingenio y creatividad. De hecho el caso de esta película es muy curiosa porque los diálogos que mantienen los personajes principales, interpretados por Al Hedison (el científico principal) y Patricia Owens (su esposa) son totalmente explícitos en este sentido, la propia Patricia Owens llega a confesar su miedo al progreso científico. La radiación nuclear no aparece de manera directa en el film, pero curiosamente en los cárteles promocionales de la película la palabra átomo salía siempre en grandes titulares.

Posteriormente al fallido experimento, nos encontramos con los sentimientos de responsabilidad que adolecerá la familia protagonista. Pero el mal ya está hecho y a modo de justicia divina, se recibirá su recompensa. Causa y consecuencia.

Así pues, nos encontramos ante una película que pese a compartir argumento con la obra de Croenenberg, en esencia propone un desarrollo totalmente diferente. Tampoco se acerca al profundo mensaje que encontrábamos en una película realizada un año antes, El increíble hombre menguante, y que se atrevía a tocar una complejidad que no vemos en la Mosca. Curiosamente en la película del hombre menguante, dirigida por Jack Arnold, también hay algunos momentos argumentales que tienen mucho parecido con la mosca.

Lo interesante de la película se encuentra en su estructura, ciertamente atípica. En un principio el guión de la película parece que va abrirse con un flashback, pues nos presenta el final de la película (la muerte de cierto personaje). Pero el flashback tarda en introducirse (no se explica el porqué ha muerto este personaje), y hasta cierto punto del metraje el espectador se siente confuso porque cree que va ver unos hechos que no forman parte de lo que realmente es (o más bien dicho, debería ser) la trama de la película, hasta que llega un momento que sí empieza realmente un flashback, que será recogido para terminar en un final ambivalente que se recrea en un tradicional Happy end.

Por lo demás la Mosca es una película de Scifi que se mira sin demasiado interés. Encontramos también el punto de morbosidad que veíamos en la película de Croenenberg (cuando el personaje de Hedison muestra su horrible transformación a su mujer) pero sólo como un escaparate de un terror más bien básico (como una feria de circo) y sin intención de recrear la verdadera transformación deshumanizadora que sí sucedía en la película del Canadiense.

Eso sí, el éxito y la influencia de la película son innegables. En taquilla la película funcionó de una manera extraordinaria, siendo una de las producciones de la 20th century Fox más exitosas. Además, un año más tarde se dirigiría una secuela: El regreso de la mosca (1959), dirigida por Edward Berds (Neumann murió justo después de dirigir la Mosca) y que volvía a contar con la interpretación de Vincent Price, que ya aparece en esta primera película. Incluso en los Simpsons, la famosa serie norteamericana, encontramos un guiño a la película de Neumann en uno de los episodios especiales de Halloween.

http://neokunst.wordpress.com/2013/12/25/la-mosca-1958/
Kyrios
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