Es cierto que la peli no cuenta con un presupuesto descomunal, ni con un elenco de actores que nos partiríamos la cara por conseguir una entrada para verlos interpretar, a pesar de que hay dos ganadores de oscar, cierto, no lo voy a discutir.

Pero en el género del western queda poco por mostrar y Badland lo tiene, al menos en mi opinión que es la que escribo. Un agente espía (sí, han leído bien) que aprovechando la posguerra se dedica a encontrar a personas que deben ser ejecutadas por crímenes de guerra. Pero lo curioso es que lo debe hacer todo bajo la estricta ley. No puede ejecutar a ninguno de la primera forma que se le ocurra, sino salvo situación extraordinaria, todos deben morir ahorcados.

Durante sus misiones, vivirá diferentes situaciones, unas más pacíficas que otras. Intercambiará momentos con gente apacible y en mayor medida con gente muy violenta. Pero también habrá momentos y muchos para los sentimientos y el amor. Y ahí radica la magia de la película, Justin Lee ha sabido separar cada momento sin que quede muy sobre actuado o fuera de lugar.

Otra de las cosas que iremos viendo a lo largo del metraje y que es lo que la hace muy interesante, es el desgaste mental y físico que sufre el personaje principal debido a las diferentes misiones que debe ejecutar, no debe ser nada sencillo ponerse en su piel y eso queda perfectamente reflejado.

Lo dicho, un western algo diferente y larga vida al western.