Me gustan mucho las películas de supervivencia, porque demuestran hasta donde es capaz de llegar el ser humano cuando su vida está en juego. Somos capaces de hacer aquello que jamás creíamos poder hacer.

Con Ártico no he tenido esa sensación y me ocurrió desde los primeros minutos. Si no veo el accidente, no me introduzco en la historia y se me hace más complicado entenderlo todo. Tampoco veo dramatismo por ningún lado, el tipo lo tiene todo controlado, donde dormir, como beber agua, como proporcionarme comida y además cuento con un sitio para dormir y prender fuego. Vamos, poco más y nos muestran una fiesta de boyscout con un tutor. Se le pone una pizca de pimienta con el tema del animal y luego con el accidente del helicóptero. A raíz de aquí ya todo se vuelve mucho más increíble, en especial cargando con la chica.

Lo dicho, para pasar el rato y poco más. Jamás sentí esa empatía con el protagonista y si eso no ocurre con este tipo de películas, poco más hay que añadir.