Los zombis se pusieron de moda, mucho en parte al éxito de la serie de televisión ‘The Walking Dead’, y como toda moda fue alcanzada por el desgaste y el hartazgo que puede provocar el tema en ciertos espectadores, pero la película ‘The Girl with All the Gifts’ va más allá en cuanto a la temática, basada en una novela escrita por Mike Carey, siendo el mismo el adaptador para cine, y con un sólido trabajo de su director, Colm McCarthy.

Melanie es una chica adolescente que está recluida en una celda, cuando escucha que alguien se aproxima ella se sienta en una silla de ruedas mientras soldados entran en la habitación, uno la apunta con un arma mientras alguien más la ata de pies, manos y cabeza, para después llevarla a otra habitación que es una especie de salón de clases, donde hay otros chicos en igualdad de condiciones.

El inicio de la película no puede ser más intrigante, ubicado siempre en interiores y sin saber que sucede detrás de las paredes del lugar, pronto se revelará que afuera se ha desatado una pandemia provocada por un hongo, que convierte a las personas infectadas en hambrientos devoradores de carne humana.

Todos estos chicos pertenecen a una nueva generación de humanos que han padecido una mutación al ser infectados durante su gestación, pero han nacido conservando todas sus habilidades y características humanas, pero con la salvedad que son también hambrientos devoradores, y que forman parte de un proyecto donde se busca una posible cura a través de ellos.

El relato se mueve siempre en terrenos poco frecuentados por las películas de similar temática, con personajes bien delineados y con un peso específico dentro de la trama, donde la acción es casi dejada de lado a cambio de una historia profunda, que pone en disputa la supervivencia a través de un antídoto contra la adaptación a una nueva actualidad, explorando el mito de Pandora, el cual es mencionado inclusive al inicio de una película que contiene interpretaciones varias.

Sostenida por el trio de personajes principales, que son Melanie, la chica diferente, sensible e inteligente pero con una naturaleza brutal que interpreta con entereza la pequeña Sennia Nanua, la insensible y dura científica, que ve a Melanie solo como la solución del problema (Glenn Close), y la maestra (Gemma Arterton), la única capaz de ver a Melanie tal y como es, que dan forma a una película inteligente, atrapante y con una mirada diferente a una temática que parecía desgastada.


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