Dos amigos de sexo diferente, ya maduritos, se encuentran en un momento determinado de su vida sin pareja, lo que les permitirá dar rienda suelta a sus sentimientos más profundos, que no son otros que el amor y el deseo del uno por el otro. Para ello deberán encontrarse en la soledad de una casita propiedad de la familia en una remota isla norteamericana y tener como elemento de ignición de la relación a la hermana de ella.

Este es el planteamiento de esta agradable y simpática comedia, basada en una acción que se recoge temporalmente y espacialmente en un espacio de tiempo y lugar muy concretos y cosida a base de diálogos inteligentes y llenos de chispa. No hay, sin embargo, lugar a la reflexión sobre el carácter cualitativo o cuantitativo que suponen los sentimientos de amor y de amistad ni porque este conflicto entre ambos no ha surgido antes. Digamos que el film comienza con una gran elipsis y se centra en esa casa isleña, olvidando de esta manera los antecedentes; lo que me parece legítimo artísticamente hablando, pero que le resta un punto o dos en mi nota final, por falta de ambición.