Al inicio de la cinta se aborda aquello que causó el origen de la maldicion y aunque la historia general funcione no crea una atmósfera que valga la pena, además de utilizar el recurso de usar al reparto de las anteriores para dar cara a otros personajes, y debido a que solo un par de personajes, como el de McCabe Slye por ejemplo, estén bien caracterizados y plasmen la época, esta parte pierde intensidad en lugar de aprovechar el dinamismo de un reparto joven y variado como en las anteriores.

Quizá la más floja de las tres, tiene un desenlace adecuado, aunque no llegue a aprovechar al máximo las posibilidades de sus psychokillers venidos de otro mundo o de actores que podrían haber tenido un mayor peso como Gillian Jacobs o Ashley Zukerman.

Aún así una propuesta entretenida y que no desmerece al conjunto, teniendo en cuenta que las expectativas fuesen razonables de inicio.