El director de Nikita parece que decidió repetir la película el año pasado, pero peor. A lo mejor no es peor, pero como ya hemos visto al personaje original, más la versión americana, más la serie, más la película de Hanna, más la serie de Hanna, más las películas de John Wick... quizás esta película parece peor por la simple repetición.

Hay muy pocas novedades, si es que hay alguna. Es cierto que ahora se pelea mejor en el cine que hace unos años, con mucha más violencia y mucha menos carga emocional: se mata como quien hace deporte o juega a un videojuego. Nos están educando, sin mala intención, en la idea de que la vida no vale nada, y no importa la cantidad de gente que uno mate, si el asesino es guapo y tiene buen fondo.

Reconozco que personalmente estoy harto de tanto matón convertido en héroe, aunque sea una forma nueva de heroicidad, que consiste sobre todo en la estética, en ser guapo, vestir bien, ser una persona muy profunda, con muchas capas, como Shrek.

Es curioso que la lucha moral de la mujer no consiste en que le moleste asesinar objetivos (así como también vigilantes de seguridad, soldados, y quien se cruce en su camino), sino en que no es libre, lo hace bajo las órdenes de otras personas, que además controlan su vida, y eso sí le resulta muy fastidioso, por lo visto.

En fin, es una revisión de Nikita en los tiempos de John Wick, algo mala, y desde mi punto de vista un poco aburrida.